Estrenos, estrenos y más estrenos, aunque apenas se salva uno de la quema. El cine español regresa con una adaptación de la novela de Federico Moccia Perdona si te llamo amor, que ya tuvo antes su versión italiana, secuela incluida: Persona pero quiero casarme contigo. La otra propuesta nacional, menos comercial eso sí, es Sapos y culebras, nueva vuelta de tuerca a la corrupción urbanística...
...y de corrupción política versa también Corrupción en el poder, película norteamericana que nos llega con cuatro años de retraso, con Kevin Spacey dando vida a uno de los políticos más corruptos que han dado los USA. Completamos, casi, las novedades yanquis con El cielo es real, nueva muestra del, por desgracia, pujante cine religioso, con un niño que tras una operación ¿? trata de convencer a todos de que ha visto el cielo... Ah, y en el plano más comercial, tenemos Yo, Frankenstein, de los creadores de la saga Underworld... pereza...
Rápido recorrido por el mundo: Amanecer en Edimburgo, musical a lo Mamma Mia con canciones de los escoceses The Proclaimers; La jaula dorada, film portugués con Joaquim de Almeida sobre unos emigrantes que tras 30 años en París quieren volver a Portugal, y New world, nueva muestra de cine negro surcoreano dirigida por Park Hoon-Hung y protagonizada por Choi Min-Sik.
Así que sobresale, y de qué manera, Transcendence (ya no traducimos ni lo más fácil: Transcendencia), el debut en la dirección de Wally Pfister, ese señor que es el director de fotografía habitual de... Christopher Nolan. Y que nos presenta un argumento muy Nolan, volviendo al siempre interesante tema de la inteligencia artificial. Johnny Depp, bien secundado por Morgan Freeman, Rebecca Hall o Kate Mara, es el protagonista absoluto de la función, como un científico que trabaja en una máquina que pueda sentir emociones... y cuando es víctima de un intento de asesinato por unos fanáticos que se oponen a sus ideas, la única solución para salvarle es volcar su mente en un disco duro (simplificando). De ahí, a convertirse en Dios, con muy mala leche, un paso. Habrá que ver si el alumno está a la altura del maestro, y a qué nivel interpretativo tenemos a Depp.
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