sábado, 4 de abril de 2015

El estreno: Divorciarse en Israel, un calvario


Si el pasado fin de semana llegaban a la cartelera dos pesos pesados -con victoria de La Cenicienta, líder en la taquilla con 1,9 millones de euros por los 1,22 de Focus, lo último de Will Smith, que se conforma con el segundo puesto- la lucha por atraer al espectador se recrudece en plena Semana Santa con dos blockbusters más: Insurgente, segunda entrega de la saga Divergente, copia descarada de Los juegos del hambre con Shailene Woodley tratando de igualar en carisma a Jennifer Lawrence y Kate Winslet como mala-mala, y la ¡séptima! aventura de la serie automovilística Fast and Furious (traducida aquí como A todo gas), con un megareparto de estrellas del género y de actores claves en esta saga: desde el fallecido Paul Walker, a quien hubo que retocar digitalmente, a Jason Statham, Vin Diesel, The Rock o Michelle Rodríguez, junto a nuevas incorporaciones con pedigrí como el veterano Kurt Russell, Djimon Honsou o nuestra Elsa Pataky.

Tanta secuela echa para atrás a la competencia, aunque esta semana nos trae tres propuestas más, empezando por el drama carcelario británico Convicto, con un joven problemático que va a parar a la misma cárcel en la que está su padre, y donde tendrá que hacer frente a su propio carácter violento, al resto de reclusos y a guardias corruptos.

De Francia nos llega un drama muy adecuado para estas fechas, La historia de Marie Heurtin, sobre una joven ciega y sorda que encontrará ayuda en un instituto dirigido por monjas.

Y finalmente tenemos la cinta israelí Gett: El divorcio de Viviane Amsalem, que nos narra la lucha de su protagonista por obtener el divorcio en un país, Israel, donde el divorcio solo es posible si el marido da su consentimiento. Otro film que se inscribe en la cada vez más interesante cinematografía israelí, no en vano se trata de un país inmerso en multitud de cuestiones polémicas.

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