Tenemos una semana con un buen número de estrenos atractivos, y con apenas tres nacionalidades en liza. No falta, por supuesto, el cine galo, presente con la comedia Cómo ser un french lover, donde un hombre trata de superar que su pareja le haya dejado por otro... mientras un adolescente le pide consejo para seducir a una joren, y la cinta de animación ¿Dónde está mi cuerpo?, donde una mano busca el resto de su cuerpo...
De los USA apenas nos llegan también otro par de estrenos, pero de altura, la esperadísima secuela de Frozen (esta sí, animación para niños) e Historia de un matrimonio, o más bien de su ruptura, con Scarlett Johansson y Adam Driver, bien secundados por Alan Alda o Laura Dern, en otro film que, si no me equivoco, forma parte del paquete de estrenos fugaces en salas de Netflix.
Y el resto, cine español, o latinoamericano, como La vida invisible de Eurídice Gusmao, cinta brasileña sobre dos hermanas que son separadas por su padre, y Araña, coproducción entre Chile, Argentina y Brasil, que protagoniza nuestra María Valverde en un thriller que arranca con la lucha contra el Gobierno de Allende para ver años después las consecuencias de los actos de los protagonistas.
Adiós es una de las apuestas fuertes, con protagonismo de Mario Casas y Natalia de Molina en un thriller dramático que arranca con la muerte accidental de una niña en las Tres Mil Viviendas de Sevilla, y que supone el regreso al largo de Paco Cabezas tras un buen montón de series como American Gods, Penny Dreadful o El Alienista.
El menú nacional se completa con la cinta catalana Ardara, que sigue a varios personajes en su recorrido por Irlanda, y el documental Historias de nuestro cine, donde Antonio Resines y Ana Pérez-Lorente repasan buena parte de la historia del cine español.
Y por supuesto, tenemos el estreno de la semana, Intemperie, que nos devuelve al mejor Benito Zambrano en el segundo western ambientado en la posguerra española en apenas unas semanas (el otro era Sordo) y el segundo estreno potente de Luis Tosar muy poco después de Quien a hierro mata. Aquí el actor toma bajo su tutela a un niño al que persigue el personaje interpretado por Luis Callejo, en otra cinta que apunta alto en los Goya (y van...) y en la que lo mejor es su lema: Toda una vida por delante, no la malgastes odiando. Ojalá todos nos lo aplicáramos.
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