lunes, 24 de abril de 2023

El estreno: Una infancia trans


El cine español vuelve a la carga y esta semana domina la cartelera frente a Francia y los USA.

De Hollywood tenemos doble ración de género con la terrorífica Posesión infernal: El despertar, nueva entrega de la mítica serie iniciada por Sam Raimi, y la cinta romántica Sí, quiero... o no, con rostros tan conocidos como Diane Keaton, Susan Sarandon, Emma Roberts, Richard Gere o William H. Macy.

De Francia nos llegan dos cintas que prometen. En La habitación de las maravillas una madre cuyo hijo de 12 años queda en coma decide llevar a cabo la lista escrita por su hijo de las 10 cosas que hay que hacer antes del fin del mundo, y la coproducción con Rusia La mujer de Tchaikovsky no es ninguna cinta romántica, ya que como conocerá todo buen melómano, el célebre compositor contrajo matrimonio para acallar los rumores sobre su homosexualidad... y cuando un mes después se separó destrozó a su esposa, que acabó volviéndose loca. 

En lengua hispana tenemos la nicaragüense La hija de todas las rabias, donde una niña de 11 años que malvive con su madre junto a un basurero trata de reencontrarla cuando esta desaparece.

Ya en casa, de menos a más, ¡Vaya vacaciones! se apunta a la moda de comedia con niños que tan bien está funcionando últimamente, aquí con un enfrentamiento entre niños y abuelos, estos últimos interpretados por nada menos que Tivo Valverde y la siempre impagable Gracia Olayo, a quienes además se suman Ernesto Sevilla o Toni Acosta.

Siguiendo con la tercera edad, Viejos es una película de terror a vueltas con el extraño comportamiento de un abuelo que se muda a la casa de su hijo y su familia tras la muerte de su mujer.

Pero la elegida es 20.000 especies de abejas, que no logró repetir el Oso de Oro en Berlín de Alcarrás pero sí mereció el premio a la mejor actriz para Sofía Otero, de solo nueve años. A ella la acompaña Patricia López Arnaiz como su madre, que junto al resto de mujeres de la familia afrontan que el pequeño Aitor no se reconoce en este nombre, prefiere llamarse Coco y siente que es una niña. Tenemos, pues, la primera gran película española del año.

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