miércoles, 19 de septiembre de 2012

'Todos tenemos un plan', pero no siempre resulta


Y es una lástima que el plan de Ana Piterbarg no haya salido tal como todos hubiéramos deseado. La argentina debuta en la dirección con un guión propio y un reparto de lujo pero se queda a medio camino en lo que propone, de manera que Todos tenemos un plan resulta un ejercicio de cine negro correcto pero instrascendente, y sobre todo falto de energía.

Viggo Mortensen, en su regreso al cine argentino, es lo mejor de film, aprovechando el regalo que supone interpretar a dos hermanos gemelos: Pedro, que se gana la vida como apicultor en una zona empobrecida, el Delta del Tigre, sacándose un 'sobresueldo' como secuestrador, y Agustín, el teórico triunfador, médico en Buenos Aires, casado con Claudia y a punto de adoptar un bebé... solo que Agustín está hastiado de todo y no le ve ningún sentido a la vida, lo que le llevará a adoptar la identidad de su hermano. Esto da lugar a la trama de cine negro cuando Agustín tenga que vérselas con los secuestradores, encabezados por un amigo de la infancia, al tiempo que trata de que la joven novia de su hermano, Rosa, no se dé cuenta de que él en realidad no es Pedro.

Lo mejor de la película son las interpretaciones, con Mortensen magníficamente secundado por un soberbio Daniel Fanego como el jefe de los secuestradores y Sofía Gala que hace suyo el otro personaje principal, el de Rosa. En cuanto a Soledad Villamil, que encarna a Claudia, avisados estén sus fans de que apenas tiene un par de escenas... que son lo mejor de la cinta.

En lo negativo, el guión nunca acaba de arrancar ni tampoco termina de llegar a ninguna parte. Valga poner como ejemplo que en ningún momento se explica el hastío de vivir de Agustín, eje central de la historia, con lo cual está todo dicho. El otro problema es la excesiva morosidad de Piterbarg a la hora de llevar la trama, dando como resultado una película demasiado lenta, y a la que le sobra media hora. Por contra, sí aprovecha el desolado paisaje del Delta del Tigre, aunque apenas denuncia la pobreza de esta zona.

Buen debut, en cualquier caso, que apunta talento pero también inexperiencia, y que se queda lejos de lo que podría haber sido. Esta vez, ni Mortensen ni Villamil fueron suficiente para garantizar el éxito.

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