domingo, 16 de septiembre de 2012

Un Evento con pies de barro



El evento ha sido lo más parecido en los últimos tiempos a Flashforward: una serie de ciencia ficción que despertó enormes expectativas para luego hundirse como una piedra en los índices de audiencia. También heredera de Perdidos, El evento tenía dos influencias principales más: 24 y Los 4.400. Y es que aquí el argumento gira en torno a los ocupantes de una nave alienígena estrellada en nuestro planeta décadas atrás, que han sido retenidos en una prisión secreta por el gobierno norteamericano. El nuevo presidente, Elías Martínez (24 ya presentó al primer presidente negro y a la primera mujer presidente, así que solo quedaba el primer latino, aunque encarnado por un actor de color, Blair Underwood), idealista en los primeros episodios, decide poner fin a su cautiverio y revelar su existencia al mundo, aliado con la líder de los alienígenas, Sophia. Pero las cosas no van a salir como espera…

…empezando por un intento de atentado terrorista mediante el secuestro de un avión que es lanzado sobre la Casa Blanca, y que los alienígenas hacen desaparecer antes del impacto para trasladarlo ‘mágicamente’ a otro lugar. Lo del avión suena a Perdidos y al 11-S y lo de que desaparezca es el primero de muchos golpes de efecto de ese estilo, demasiados, ya que posiblemente uno de los problemas de El evento es que se pasan tres pueblos y acaban haciendo que el espectador ya no se tome nada en serio.

De manera paralela a las intrigas de los dos bandos en los que se acaban dividiendo los aliens, con lucha shakesperiana madre-hijo incluida y ciertos toques mafiosos en la manera de dirigirlos por parte de su líder, y a los líos de poder en la Casa Blanca, tenemos a una parejita idílica de enamorados, Sean y Leila, que se van a ver envueltos en todo el lío de manera ¿casual? y protagonizan la otra gran línea argumental, primero con ambos buscándose el uno al otro tras su forzada separación en el primer episodio, y después uniendo esfuerzos para rescatar a la hermana pequeña de Leila de un misterioso villano cuya conexión con los aliens no está nada clara.

Además de los excesivos golpes de efecto, otro de los grandes problemas de la serie es la falta de empatía con los personajes. Siempre pongo el ejemplo de Fringe, que me enganchó por el carisma de sus tres protagonistas cuando no estaba nada claro por dónde iba a ir la serie. Aquí, lo cierto es que te da igual lo que le pase a los protagonistas, y la parejita de enamorados, pensada precisamente para enganchar a la audiencia, es demasiado ñoña: monos, pero insulsos. No hablemos ya del presidente, un calco del David Palmer de 24, solo que, al margen de que Dennis Haysbert es mucho Dennis Haysbert, aquí el presi se pasa de chulo, y tan pronto interroga él mismo al prisionero como pasa de idealista a sediento de sangre. Incluso el mejor personaje, Sophia, encarnada magistralmente por Laura Innes (la Kerry Weaver de Urgencias), acaba dando demasiados bandazos.

Como le ocurriera a Flashforward, que al menos arrancó mejor y supera a esta en algunos aspectos, El evento perdió audiencia rápidamente, lo que llevó a detener la emisión y replantear algunos aspectos. Así que cuando volvieron a ponerse en marcha fueron más a saco, aumentando las dosis de acción y las tramas, digamos autoconclusivas, de un par de episodios, como el asalto a la prisión de los aliens o a un edificio donde estos se han refugiado. Todo ello partiendo de una gran revelación que lo cambia todo, haciendo que los ‘bondadosos’ aliens dejen de huir y defenderse para acometer el exterminio de la humanidad, desembocando en una recta final a modo de remake de 24, recurriendo a la amenaza de un virus y al ya clásico intento de deponer al presidente. Incluso, si en la recta final de 24 ficharon a Michael Madsen como secundario, aquí incorporan a su herman, Virginia Madsen (una lástima que el éxito de Entre copas no sirviera para reflotar su carrera), como una senadora que supondrá nuevos quebraderos de cabeza para el presidente.

Por lo que respecta a la parejita, una vez reunida toda la familia feliz, otra tremenda revelación (y van) hace que los enamorados tengan que separarse, y mientras Leila pierde protagonismo a velocidad de crucero, Sean encuentra una nueva pareja en su lucha contra el raptor de la hermana de Leila, encarnado por el veteranísimo Hal Holbrook, que nos sorprende en su faceta más malvada. La nueva pareja es un personaje recuperado de los primeros episodios, Vicky, la mercenaria que raptó a Leila, que pasará de mala a buena e irá ganando en carisma a medida que conozcamos más detalles de su pasado, al tiempo que se enamora de Sean, dando pie a un triángulo amoroso apenas desarrollado.

Esta segunda parte de la única temporada de 22 episodios también tratará de justificar las acciones de uno de los malosos convirtiéndolo en miembro de un linaje que desde tiempos inmemoriales ha tenido la misión de defender a la humanidad de los aliens, otro de los argumentos en los que apenas se profundiza…

…y es que El evento comparte el mismo final que Flashforward: se cierran la mayor parte de tramas, pero también se prepara el escenario para una continuación en la que se prometen muchas más emociones. Si Flashforward empezaba con una visión de lo que ocurría un año después y cerraba con otra visión ¡de dentro de 15 años!, aquí hay que esperar al último episodio para que se apunte qué puede ser ‘el evento’ y dejan claro que esto no ha hecho más que empezar… mientras alguno de los personajes principales se debate entre la vida y la muerte.

Ocurre que, llegados a este punto, como en Flashforward, a todos nos daba igual lo que ocurriera, así que otra historia que se queda en el aire tras recurrir a una excesiva improvisación en los guiones, siempre pendientes de la audiencia. (Y no hablemos de Alcatraz…).

Tampoco en España funcionó El evento, donde Antena 3 la programó en el verano de 2011, emitiendo los capítulos de 3 en 3. Tal sobredosis no funcionó, y a las tres semanas no recuerdo bien si retrasaron su horario o la cortaron. En cualquier caso, dejé de seguirla sin que ello me supusiera ningún tramo. Un año después le han dado una nueva oportunidad, ahora en Nitro, también en verano y con dos capítulos por semana, y ahí es donde me he reenganchado, justo en el punto de la trama donde me quedé la otra vez.

Por cierto, a partir del 20 de septiembre, El evento cede paso a Hell on wheels (Infierno sobre ruedas), western sobre la creación del ferrocarril que Antena 3 empezó a emitir tras el capítulo semanal de Juego de tronos, para cortarla tras cuatro capítulos y dar sesión doble del culebrón medieval. El arranque de Hell on wheels fue notable, así que tenéis una nueva oportunidad para descubrir este western, ya que vuelven a emitirlo desde el primer capítulo. Es bastante probable que me reenganche a partir del quinto, así que ya hablaremos de él.

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