El genio neoyorquino lo ha tenido fácil esta vez para ser el estreno de la semana, ya que no ha tenido excesiva competencia.
La alternativa española era Cuerpo de élite, trasunto de Loca academia de policía que ha tardado bastantes más años de la cuenta en llegar, y que cuenta con María León como cara más reconocible.
Pero lo que manda este fin de semana es el cine infantil con la cinta de animación Kubo y las dos cuerdas mágicas, que se marca un reparto original de impresión con nada menos que Matthew McConaughey, Charlize Theron y Ralph Fiennes, y la nueva versión de Heidi, donde lo más interesante será al mismísimo Hitler, perdón, Bruno Ganz, dando vida al abuelito...
Y es que la semana abunda también en bizarradas, como Elvis y Nixon, basada en el extraño encuentro que se produjo entre ambos en los 70, con el cantante ofreciéndose como agente federal antidroga. Y ojito que les encarnan nada menos que Michael Shannon y Kevin Spacey, respectivamente...
Otra curiosidad es Experimenter, sobre el experimento real que realizó en 1961 el psicólogo Stanley Milgram en la universidad de Yale, demostrando la predisposición del ser humano para obedecer a poderes autoritarios aún en contra de sus deseos. Peter Sarsgaard interpreta al psicólogo, y Winona Ryder prosigue su redención como su mujer.
Y dando una vuelta por el mundo encontramos la peculiar cinta romántica costarricense Viaje, y Diez años y divorciada, que nos muestra la realidad del Yemen, donde no hay edad mínima para contraer matrimonio.
Así que nos quedamos con lo último de Woody Allen, Café Society, que regresa una vez más a sus dorados años 30 y elige como nuevo cuerpo a Jesse Eisenberg, que ya ha colaborado con el cineasta con anterioridad, esta vez como un joven recién llegado a Hollywood. Comedia y cine en el cine además de un reparto con Steve Carell, Kristen Stewart o Blake Lively. Tal vez Woody ya no esté al nivel al que nos acostumbró, pero su cine siempre resulta una delicia.
PD: Y desgraciadamente nos quedamos sin uno de los actores que más nos ha hecho reír, ya fuese por su cuenta, bajo la dirección de Mel Brooks (El jovencito Frankenstein) o en compañía de otro loco adorable, Richard Pryor (No me chilles que no te veo). Decimos adiós al hombre que se enamoró de La mujer de rojo, al mejor Willy Bonka, Gene Wilder.
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