Toca analizar una de las películas españolas del año, una de las favoritas para los premios Goya y la que opta a ser nominada al Oscar. Icíar Bollaín se recupera de su anterior traspiés, 'Mataharis' (personalmente me decepcionó bastante pese al buen trabajo de todas sus actrices), y ofrece su mejor film hasta la fecha, junto a 'Te doy mis ojos'.
Buena culpa la tiene el guión de su marido, Paul Laverty, que abunda en temas mucho más habituales en la filmografía de Ken Loach, para el que ha escrito varios libretos. Su gran acierto es combinar el rodaje en Bolivia de una película que reivindica la figura de fray Bartolomé de las Casas, con las protestas contra la privatización del agua que ocurrieron en el año 2000. Una empresa privada con capital internacional pretendía, con la complicidad del gobierno local, obligar a los campesinos a pagar incluso por el agua de lluvia que pudiesen recoger, de ahí el título del film.
El slogan de 'También la lluvia' apunta claramente la clave del film: 'Algunos quieren cambiar el mundo. Pocos quieren cambiarse a sí mismos'. No deja de ser irónico que la película que se está filmando denuncie la explotación de los indios por parte de Colón y los españoles, mientras el mismo productor del film, encarnado por Luis Tosar, paga una miseria a los extras locales que participan en el rodaje. Esa es la principal clave de la película, cómo reaccionan ante la lucha por el agua los actores españoles y todos aquellos que participan en el rodaje. Es cuando el conflicto se vuelve violento cuando se ve quien se llena la boca defendiendo los derechos de los demás para escurrir el bulto a la hora de la verdad, y quien trata de aportar lo que puede.
Ahí mi escena favorita es la última de Karra Elejalde, cuando pasa entre los soldados del Gobierno para ofrecer una cerveza a los manifestantes que han sido detenidos. Siempre se puede hacer algo, por poco que sea. Elejalde borda su papel de actor estrella, al que intuimos peleado con su mujer y sin poder ver a sus hijos, dándole sin parar a la botella 'porque siempre tengo sed'. Pero cuando interpreta a Colón, se transfigura. De hecho, cada vez que uno de los actores recita uno de sus parlamentos en el film, el resultado es impresionante, porque el espectador está acostumbrados a verlos como son en realidad, y entonces interpretan, mientras que lo habitual es que en una película sólo se vea la interpretación.
También destacan en el reparto Juan Carlos Aduviri, que seguramente se llevará el Goya al Actor Revelación por su interpretación del indígena al que eligen para interpretar al líder de las revueltas contra Colón y que también acaba liderando las protestas contra la privatización del agua. Tosar no tiene entre manos uno de sus mejores papeles pero borda todas las aristas de ese productor que se cuestiona su manera de actuar y acaba tomando partido. También hubiera merecido alguna nominación Gael García Bernal, que transmite más con la mirada que con las palabras a la hora de dar vida a un director para el que 'lo más importante siempre es la película'.
Por su parte, Icíar Bollaín brilla especialmente a la hora de recrear los disturbios en el tramo final del film, así como el rodaje en la selva, y Alberto Iglesias firma otra partitura especialmente inspirada. Pese a todo, para mí la mejor película de este último año continúa siendo 'Pájaros de papel', y echo en falta unas cuantas nominaciones más en los Goya, especialmente para Lluís Homar y Carmen Machi como secundarios, además de como película.
'También la lluvia', en definitiva, se pregunta sobre qué es más importante, si el rodaje de una película o la lucha por la vida, y vuelve a mostrarnos que, para demasiadas personas, sobrevivir continúa siendo la única aspiración.
La escena: Una de las escenas más impresionantes de la película que filma el director interpretado por García Bernal es aquella en la que los indígenas huyen de los soldados de Colón y las mujeres no tienen otra opción que abandonar a sus bebés. Sabiendo que serán devorados por los perros de los soldados, los ahogan en el río. El director trata de explicar a las extras locales que sólo deben entrar en el río y luego sus bebés serán cambiados por muñecos, pero ellas se niegan. El actor que encarna Aduviri le explica al director que es imposible que hagan la escena, porque ni pueden imaginarse dejar un momento solos a sus hijos: 'Hay cosas más importantes que tu película'.
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