domingo, 30 de enero de 2011

¡Protesto!

No, no es que me haya puesto reivindicativo. Hoy toca estrenar sección con el primer videojuego que pasa por este blog. Y el elegido es ‘Phoenix Wright. Ace Attorney’, el mejor al que he jugado en la Nintendo DS (y el único que me he pasado, dicho sea de paso). Un juego del que había oído hablar mucho, pero que no veía nada claro: ¿cómo se juega a ser abogado? Y desde el primer momento me enganchó, pero bien.

En realidad, ‘Phoenix Wright’ no deja de ser una aventura gráfica a la antigua usanza: diálogos y pistas o rompecabezas. Aquí tomamos el papel del protagonista del título, un abogado novato que se enfrenta a sus primeros casos, siempre defendiendo a acusados de asesinato. Salvo el primero de ellos, que funciona como tutorial, el resto son bastante largos y alternan tres fases de investigación, en las que hablamos con sospechosos y buscamos pistas, con tres sesiones de juicio en las que tomamos declaración a los testigos y presentamos pruebas. Aquí es donde la palabra más repetida por Phoenix no es otra que ¡Protesto!

A veces uno tiene la sensación de asistir a una película, pero el juego también sabe poner a prueba nuestra atención a la hora de atar cabos y relacionar pistas y declaraciones para extraer la verdad del asunto, encontrar al asesino y lograr la declaración de inocencia para nuestro cliente.

Y en cualquier caso, la película es muy buena. El juego destaca por plantear casos muy enrevesados, en los que al principio todo, absolutamente todo, apunta a la culpabilidad de nuestro defendido, que incluso en ocasiones admite que cometió el crimen. Por supuesto siempre son inocentes, pero la verdad se oculta tras una serie de complejas tramas en las que la clave siempre reside en algo ocurrido en el pasado. De hecho, uno de los principales aciertos del juego es que hay una trama general, de modo que, tras el prólogo, los casos uno y tres hunden sus raíces en el mismo suceso del pasado, 15 años atrás, cuando los protagonistas eran apenas unos niños.

No faltan los golpes de efecto, cargados de sorpresas. Sin desvelar demasiado la trama, en el primer caso defendemos a la hermana pequeña de nuestra jefa en el bufete de abogados, precisamente acusada de matar a esta última… y Phoenix acabará defendiéndose a sí mismo de dicha acusación. El segundo caso es el más autónomo y en el tercero descubriremos toda la verdad sobre aquel antiguo caso del que ya supimos en la primera aventura, mientras defendemos a quien hasta entonces ha ejercido de fiscal, Miles Edgeworth.


Pero ‘Phoenix Wright’ no sólo cuenta con sólidas tramas de intriga, de aquellas que te impulsan a querer avanzar más y más en el juego, y en las que el verdadero asesino parece invencible, sino un divertido sentido del humor, lleno de personajes con los que te acabas encariñando, como ese juez que nunca parece enterarse de nada, el inspector Gumshoe o la pizpireta Maya.

Ah, y como regalo, cuando acaban los títulos de crédito llega un nuevo caso, aún más complejo que el resto, el más difícil, repleto de nuevas maneras de investigar, como buscar huellas dactilares o examinar objetos. Un caso cargado de nuevos personajes y en el que están implicados hasta el fondo los más altos cargos de la Fiscalía y de la Policía, por lo que al final tendremos que unir esfuerzos con el fiscal Edgeworth.

Lo mejor es que este juego ha dado pie a toda una saga, por lo que hay ‘Phoenix Wright’ para rato. Habrá que ver si las siguientes entregas están a la altura de su magnífico debut.

PD: Alguna pega tenía que tener. Ni se os ocurra poner el sonido.

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