sábado, 22 de mayo de 2010

Iron Man 2: Tony loves Pepper (again)


Segunda ración del Hombre de Hierro y segunda ración de diversión por todo lo alto. Esta secuela deja patente que, contra todos los pronósticos (y más en mi caso, ya que este personaje nunca me ha interesado demasiado), Iron Man se ha convertido en la mejor franquicia basada en cómics… Batman-Nolan aparte.

Uno de los aciertos de este film es precisamente saber que Iron Man no es Batman, que aquí no se pueden abordar cuestiones profundas como en ‘The Dark Knight’, y que la apuesta es otra: acción superheroica en estado puro y un tono de comedia y de no tomarse a sí mismos en serio que no podría aplicarse en la serie de Batman.

Pese a ello, esta segunda entrega tiene momentos serios, como la reflexión sobre qué haría el Gobierno norteamericano si existiese de verdad una armadura como la de Iron Man, o las relaciones entre Tony Stark y su difunto padre. El film combina con acierto tramas y personajes, e incluye diversos cameos para ir preparando la película dedicada a Los Vengadores, véanse las apariciones de Nick Furia, la Viuda Negra… y el final tras los títulos de crédito.

Pero la gran baza del film no es otra que Robert Downey Jr., que ‘es’ Tony Stark, y la extraordinaria química que mantiene con Gwyneth Paltrow, como su secretaria Pepper Potts, que ya era lo mejor de la primera entrega. Por mí Pepper y Tony se pueden tirar las dos horas de la película hablando sin parar, no echaría en falta explosiones ni efectos especiales.

Otra cosa es el resto del reparto, bastante desaprovechado. La peor parada es Scarlett Johansson, que se limita a aportar su físico y una mirada inexpresiva como pocas veces, a la espera de que en ‘Los Vengadores’ desarrollen su papel. Don Cheadle cumple como Máquina de Guerra, aunque está lejos de sus mejores interpretaciones, lo mismo que Sam Rockwell, que hace lo que puede con un personaje que es una caricatura. Y Mickey Rourke… hace de Mickey Rourke.

Por lo demás, pueden contar conmigo para una tercera parte si mantienen el nivel de las dos primeras, aunque esperemos que los guionistas se estrujen un poco más la sesera. Iron Man no es cine de arte y ensayo, pero llevamos dos entregas y en ambas el protagonista se pasa la película buscando una cura para su enfermedad y enfrentándose a otras armaduras… Ya va tocando contar otra historia. (Y parece que han tomado nota: los rumores apuntan que el próximo enemigo de Tony será El Mandarín, su archienemigo en los tebeos).

El detalle cinéfilo: Imagino que a estas alturas ya quedan pocos que no lo sepan, pero Jon Favreau, el actor que interpreta al chofer de Tony Stark, es también el director de las dos entregas de Iron Man.


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