domingo, 9 de mayo de 2010

Polanski factura un thriller impecable


La última película de Roman Polanski no logrará convertirse en uno de sus filmes imprescindibles, pero tampoco está entre los peores. El cineasta polaco (galardonado con un Oso de Plata al mejor director en el último festival de Berlín) firma un thriller solvente, en el que retoma algunos de sus temas más queridos, como el falso culpable, muy al estilo Hitchcock.

La traducción del título echa a perder el encanto del original, ‘The ghost writer’, ya que hace referencia tanto a los ‘negros’ que suelen utilizar algunos autores para escribir sus libros, como a la presencia del escritor asesinado al inicio del film, que se dejará sentir durante toda la película y será clave en su desenlace.

A pesar de que ni Ewan McGregor (el escritor que reemplaza al asesinado) ni Pierce Brosnan (el político cuyas memorias redacta el protagonista, parcialmente basado en Tony Blair) están especialmente inspirados, Polanski mezcla intriga y política con habilidad y logra que la trama gane interés a cada minuto hasta una resolución sorprendente y un gran final (que, eso sí, queda fuera de plano).

En el capítulo interpretativo, quienes sí se lucen son Olivia Williams (gran trabajo como la esposa del político) y Tom Wilkinson (perfecto, como siempre, e inquietante).

El detalle cinéfilo: A sus 95 años, Eli Wallach se resiste a bajar el telón y vuelve a ofrecernos una breve escena, de nuevo, como en ‘Mystic River’, como personaje interrogado por el protagonista durante sus pesquisas.



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