miércoles, 19 de mayo de 2010

Krabat y un molino sin magia


En los últimos tiempos cada película alemana que veo es una obra maestra (‘La vida de los otros’, ‘Los falsificadores’…), pero esa buena racha se ha cortado con la adaptación de ‘Krabat y el molino del diablo’.

La novela de Otfried Preussler es una de las cumbres de la literatura fantástica alemana, y data de principios de los 70, cuando este autor se basó en leyendas populares para lograr uno de sus mayores éxitos. Pero como suele ocurrir, la versión cinematográfica no está a la altura del original literario. En mi caso, guardo un gran recuerdo de este libro, pero lo cierto es que lo leí bastante joven, hará por lo menos veinte años, por lo que es posible que no sea una valoración muy fiable. Por lo que respecta a su adaptación a la pantalla, no es que sea una mala película, pero no ha logrado capturar la magia del original.

Esto se debe en parte a la dirección de Marco Kreuzpaintner, que se limita a ilustrar la trama literaria y no logra darle la atmósfera necesaria para sacarle todo el partido. El otro gran problema de la película son sus intérpretes, la mayoría poco inspirados. El malo de la función no aterra de verdad, y la gran decepción es el protagonista, David Kross, que sorprendía con su magnífica actuación en ‘El lector’, pero aquí no da la talla como Krabat en ningún momento. La excepción es Daniel Brühl, que parece el único que se cree la historia.

Por lo demás, un film muy recomendable para quienes estén cansados de Harry Potter. Aquí encontrarán otra ‘escuela’ de magia muy distinta, con un ‘profesor’ que no tiene nada que ver con Dumbledore. Y es que la auténtica lección de esta historia es que nada es gratis, y menos el poder… mágico o de cualquier otro tipo.



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