Este verano se llevan las batas y los bisturíes. Las dos series que sigo ahora mismo son de médicos, la sexta temporada de ‘Anatomía de Grey’ en Cuatro, y la número ¡14! de ‘Urgencias’, que es la que acabo de finiquitar y paso a analizar. Eso sí, no hay comparación posible entre ambas: ‘Anatomía de Grey’ es el mejor serial médico del momento, mientras que el County General hace tiempo que vivió sus mejores momentos. Claro que, ya veremos si los cirujanos de Seattle llegan en tan buena forma a su 14 temporada… si llegan, claro.
La sensación que transmite esta temporada de ‘Urgencias’ es la misma que en las últimas entregas. Mantiene un muy buen nivel, que ya quisieran muchas competidoras, pero admitámoslo, ha perdido esa chispa, ese carisma del que ahora hace gala ‘Anatomía de Grey’, que la ha reemplazado como referente del género desde su puesta en antena. El County dejó de contar las historias de Carter, Benton, Mark Green, Doug Ross (el salto a la fama de George Clooney) y tantos otros. Incluso en la temporada 13 se marchó la doctora Weaver, el único personaje que quedaba del reparto inicial. Sus sucesores han tenido mayor o menor fortuna, pero algunos (Luka y Abby, pilares de la serie en la etapa post-Clooney) ya están agotados, y otros nunca han llegado a ese nivel de interés.
Pese a ello, y a cierta caída en la rutina que parece inevitable tras más de una década en antena (hablamos se la serie norteamericana más longeva, Simpson aparte), es difícil encontrar un capítulo en el que no haya algo destacable, y qué queréis, ver ‘Urgencias’, después de tantos años, es un poco como ‘estar en casa’. Pero sí, hace tiempo que no me muero de ganas de ver el siguiente episodio, como en aquellas primeras fantásticas temporadas en las que esta serie renovó el género por completo.
En esta nueva temporada resultan más interesantes los casos puntuales de cada paciente que lo que les ocurre a los protagonistas de la serie. La excepción sería Morris, que atraviesa su mejor periodo como personaje. Poco más que un chiste durante muchas temporadas, aún protagoniza los momentos más desternillantes, pero acapara cada vez más metraje e incluso momentos de gran dramatismo en los que Scott Grimes sabe estar a la altura, convertido ya en uno de los puntales de la serie.
Otro tanto ocurre con Duvenko, ese cirujano que temporada tras temporada ha ido pasando de apariciones puntuales a reclamar cada vez mayor protagonismo. En cambio, Luka, que se marchó a Croacia a cuidar a su padre enfermo al final de la anterior temporada, apenas aparece en la mitad de episodios y ni siquiera vuelve a trabajar en el County. Tampoco pasa por su mejor momento Neela, otro personaje con el que los guionistas no parecen ya saber qué hacer, aunque por fortuna Parminder Nagra sí sabe dotar de intensidad y emotividad a cada secuencia en la que interviene.
Uno de los detalles que evidencian la pérdida de rumbo de la serie es el continuo baile de nuevos personajes. Moretti, Sky, Brenner (un ‘doctor macizo’ para competir con ‘Anatomía de Grey’), Selinsky o Laverne aparecen y desaparecen sin dejar apenas huella, como pruebas en busca del tono adecuado para la serie o de la audiencia perdida.
Lo que tampoco ha faltado en esta ocasión ha sido la presencia de invitados especiales, algo habitual desde los inicios de ‘Urgencias’. Así, han desfilado Peter Fonda, Steve Buscemi, Hal Holbrook y Stanley Tucci, fijo como Moretti durante el primer tramo de la temporada. Y los tres últimos coinciden en el cierre de esta entrega, de nuevo con un espectacular continuará… aunque lejos del que tuvo la temporada 12, el mejor en esta recta final de la serie.
El episodio: Después del buen arranque, destacaría el episodio 13, ‘Expiación’, tal vez con la mejor interpretación de Jonathan Banks, uno de esos secundarios de mil y una series y películas de bajo presupuesto, y el 17, ‘Bajo presión’, con Morris brillando como nunca en una de esas situaciones límite tan del gusto de ‘Urgencias’ y ‘Anatomía de Grey’ con armas de por medio. Sin olvidar la presencia de Hal Holbrook en los episodios 16 y 19, con algunas de las mejores frases de la temporada: ‘Me muero por un poco de acción. Bueno, en realidad me muero por un cáncer’.
El detalle: Un buen tirón de orejas para La Sexta, que anunció la programación de las dos últimas temporadas de ‘Urgencias’ (la que nos ocupa y la siguiente) para cambiar el día de emisión la segunda semana y retirarla un mes después. Ya muestran tan poca seriedad como Antena 3…
Y debajo del tráiler, los SPOILERS.
La temporada arranca en plena forma, con la operación a vida o muerte de Neela, primera de las secuencias de esta temporada en las que ‘Urgencias’ parece querer rivalizar con ‘Anatomía de Grey’ en realismo sangriento en los quirófanos. Neela no levantará cabeza hasta los últimos episodios, en cuanto a interés para el espectador, y cierra la temporada besándose con Brenner, lo que no tiene credibilidad alguna dada la personalidad de la joven cirujana.
No le va mejor a su ya ex pareja, Tony Gates. Más casanova que nunca, no volverá con Neela tras la marcha de Ray (otro personaje que había perdido atractivo) y pasará de los brazos de la capellán del County (interpretada por Reyko Aylesworth, la Michelle Dressler de ‘24’) a los de Sam, otro personaje echado a perder (y van…).
En cuanto a Abby, eje central de la serie, el recurso de los guionistas es hacerla recaer de nuevo en el alcoholismo de manera poco creíble (su marido se va a Croacia y ella se convierte en una mujer débil y acosada por todo tipo de miedos…¿?) y romper su relación con Luka, cuyo intérprete se ve que ya no tenía muchas ganas de salir en la serie.
También acapara protagonismo Pratt, convertido ya en otro de los referentes de la serie, con su lucha por ser director del County y su romance, el bueno, con Bethina, aunque posiblemente no llegue al nivel de Benton en cuanto a carisma.
En fin, me queda una temporada de ‘Urgencias’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario