domingo, 13 de octubre de 2013

'Dr. Who 4': Una pelirroja anda suelta o Toda la familia reunida para el gran final


La cuarta temporada de la era moderna del Dr. Who fue la tercera y última de David Tennant en el rol principal. Hasta ese momento, y salvo la primera temporada, con ChristopherEccleston como el Doctor, Tennant se había convertido en el corazón de la serie, así que su despedida tenía que estar a la altura. Y vaya si lo estuvo… aunque el actor aún aparecería en cinco especiales antes de dar el relevo.

Esta nueva entrega de la serie mantiene un nivel medio más que notable en la mayoría de los episodios, y de nuevo tiene un desenlace por todo lo alto, que además cierra por completo, o casi, la mayoría de tramas abiertas durante estas cuatro temporadas, especialmente por lo que respecta a las compañeras del Doctor.

Hablando de compañeras, aquí tenemos a la tercera de la era moderna, Donna Noble, una pelirroja que se caracteriza por su verborrea y desparpajo, interpretada magistralmente por Catherine Tate, que aprovecha su vena cómica a la menor ocasión. Eso sí, ya desde el principio, casi se intuye que no va a ser una compañera de largo recorrido, y es que su presencia, como la de su predecesora, Martha Jones, se reduce a una sola temporada.

Lo cierto es que Donna Noble lo tiene difícil para hacer olvidar a las anteriores compañeras, ya que, para empezar, estas insisten en reaparecer una y otra vez, especialmente Martha, presente en cinco episodios de esta temporada. También reaparecerá Rose Tyler, el gran amor del Doctor en la era moderna, e incluso Sarah Jane Smith, la mejor compañera de la era antigua, que aparece por segunda vez en esta etapa.

Donna incluso desaparece por completo en el episodio 10, Medianoche, y si el Doctor y Rose estaban enamorados el uno del otro, mientras que la atracción de Martha hacia el Doctor no era compartida, aquí digamos que hay una buena amistad, y ambos se empeñan una y otra vez en decir que no son pareja. Eso sí, la química entre Catherine Tate y David Tennant es brutal, y ella se gana al espectador desde el primer momento.

Y ahora vamos con el análisis capítulo a capítulo.

Para abrir boca, el ya tradicional especial navideño lleva al Doctor, que acaba de despedirse de Martha, a una versión galáctica del Titanic, donde tendrá como compañera ocasional nada menos que a Kylie Minogue.

Ya en el primer capítulo, el guionista oficial, Rusell T. Davies, orquesta el reencuentro entre el Doctor y Donna, que ya coincidieron en el desternillante especial navideño anterior, en el que él acababa de perder a Rose y ella iba a casarse. Como excusa, ahora tenemos la invasión de unos cómicos mini alienígenas… hechos de grasa humana. Davies en estado puro.

Para no perder la costumbre, en los siguientes episodios viajamos al pasado, para descubrir el verdadero motivo de la destrucción de Pompeya –y ojo a uno de los secundarios, porque asumirá el rol del Doctor en la nueva temporada que está a punto de estrenarse, la octava-, y al futuro para conocer toda la verdad sobre los ood, esos alienígenas tan feos y serviciales a los que ya hemos visto en más de una ocasión. Un episodio que supone un formidable alegato contra la esclavitud.

La primera aventura doble, además de una leve reflexión sobre la contaminación producida por los vehículos, supone la reaparición de Martha Jones, que también acompañará a los protagonistas en el siguiente episodio, en el que conoceremos… a la hija del Doctor, en este caso con nuestro protagonista más antibelicista que nunca.

Luego viene uno de mis episodios favoritos de la temporada, en el que los protagonistas viajan al pasado para conocer a Agatha Christie y resolver uno de sus típicos misterios, justo en el día en el que la escritora desapareció, sin que en la actualidad se haya aclarado qué ocurrió durante el tiempo en el que no se supo nada de ella. Lástima que el bizarro argumento gire en torno a una abeja gigante, pero, bueno, esto es Dr. Who.

La siguiente doble aventura es uno de los momentos álgidos de la temporada, con un planeta-biblioteca en el que han desaparecido todos los habitantes como escenario de varias tramas entrelazadas y un montón de misterios a cual más intrigante. Lo mejor, el personaje encarnado por Alex Kingston, la doctora Corday de Urgencias –y a la que este verano también hemos podido ver en Arrow como la madre de Laurel-, que parece destinado a tener una relación muy especial con el Doctor en el futuro. Y no podemos decir nada más.

Y a partir de ahí, Davies retoma a su criatura para toda la recta final empezando por Medianoche, que empieza de la manera más anodina, con el Doctor, sin Donna, de viaje en tren con un reducido grupo de pasajeros. Davies firma uno de sus mejores guiones, en el que la comicidad va dando paso al terror de una manera progresiva pero imparable, y donde el Doctor está más contra las cuerdas que nunca cuando el miedo hace aflorar lo peor del ser humano.

En el siguiente episodio, cambio de tercio, y ahora es el Doctor el que cede todo el protagonismo a Donna y a su especial relación con los universos paralelos. El argumento, una mera excusa para ver cómo hubiera sido todo si ella y el Doctor no se hubieran conocido, empezando por la muerte de Martha Jones.

En este capítulo ya reaparece Rose y sirve de preludio al megaclímax de la temporada. Difícil lo tenían para superar los finales de las tres anteriores, pero digamos que están a la altura, aunque sea por acumulación. La nueva amenaza es tan mortífera que el Doctor necesitará a todos sus aliados para hacerles frente. Así que vuelven todas sus novias –con familiares incluidos-, el capitán Jack y sus compañeros de Torchwood, alguna expresidenta de Gran Bretaña e incluso K9, el perro robótico.

El grand finale, con último episodio de una hora incluido, supone, pues, la reunión de los personajes más importantes de la era moderna del Doctor Who, varios de ellos ya con serie propia en aquel entonces, aunque lo mejor es cómo se revela el lado oscuro del personaje y se muestra su evolución en estas temporadas, pero sobre todo el destino definitivo que les aguarda a Rose y a Donna, de nuevo con Davies acertando de pleno para cerrar el primer gran capítulo de la era moderna del Doctor… aunque aún nos quedan cinco especiales para conocer el final de la era Tennant.

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