miércoles, 4 de septiembre de 2013

Las dos caras de Anthony Zimmer (y una lancha)


¿Por qué todos intentan matarme?
Porque te besé

Abordamos hoy la cinta noir francesa Anthony Zimmer (2005) (titulada aquí El secreto de Anthony Zimmer) y su más que digno remake USA, El turista (2010), aunque el original gana a los puntos.

La cinta gala, con guión y dirección de Jerome Salle, es un prodigio de síntesis, con un metraje que apenas supera la hora y cuarto. Puede echarse en falta una trama un poco más compleja, pero lo cierto es que en ese escaso tiempo desarrolla el argumento a la perfección y le saca todo el partido posible de una manera impecable.

Sin desvelar demasiado la historia, una mujer imponente seduce a un turista de lo más corriente en un tren y se lo lleva a su hotel. Al más puro estilo Con la muerte en los talones, el turista acabará envuelto en una trama de thriller, perseguido a la vez por policías y criminales, mientras intenta descubrir la verdad sobre la mujer de la que se ha enamorado… y mientras todos intentan dar caza al misterioso Anthony Zimmer, un delincuente de altos vuelos.

Una de las grandes bazas del film es una Sophie Marceau bella como nunca, que derrocha magnetismo a la hora de encarnar a esa mujer fatal de la que el protagonista no puede evitar enamorarse aún a sabiendas de que le va a llevar a la perdición. Junto a ella, Yvan Attal está perfecto como el turista, y la química entre ambos, sobre todo en el tramo final, es lo que, en gran medida, da su auténtico valor a la película y hace que supere a su remake.



Por lo que respecta a la versión USA, que se hizo esperar, corre a cargo de Florian Henckel-Donnersmarck, en su debut en Hollywood y siguiente trabajo después de la portentosa La vida de los otros. En los papeles principales, un acierto y un error de casting. El acierto, Angelina Jolie, tal vez la única actriz de Hollywood capaz de estar a la altura de la Marceau en un papel como este. El error, Johnny Depp, demasiado carismático como para interpretar al anodino turista, y que encima lleva perilla.

El remake, que estira un poco la duración pero no demasiado, hasta la hora y media, resulta, como cabría esperar, más lujoso y espectacular. Nada que objetar a lo primero, que acentúa la capacidad de deslumbramiento de la protagonista ante el turista, aunque al final el film casi se queda en un vídeo publicitario de Venecia, con panorámicas y más panorámicas de los canales. En cuanto a lo segundo, lo cierto es que la ‘espectacularidad’ de El turista se reduce a abusar del recurso a las persecuciones en lancha, entre la repetición y el ridículo.

Básicamente la única aportación interesante del remake es la escena del baile, introducida precisamente para estirar el metraje, pero que se agradece por suntuosa y ofrece uno de los mejores momentos del film, aunque no se aprovechan todas las posibilidades que ofrecía.

Por lo demás, y dentro de lo ridículo que parece que hicieran falta ¡tres! guionistas para escribir un remake (incluidos el propio director y Christopher McQuarrie, oscarizado por Sospechosos habituales (1995)), la adaptación USA sigue las líneas maestras del original, a excepción del baile, pero introduciendo puntuales cambios aquí y allá, como modificar todos los nombres, que en su mayoría le restan puntos a esta versión, especialmente en el desenlace, que carece de la fuerza del original.

El turista también cuenta con tres caras conocidas entre los secundarios: Paul Bettany como el policía que persigue a Zimmer, y TimothyDalton y Rufus Sewell en dos personajes creados expresamente para el remake que aparecen muy poco pero resultan claves en los cambios introducidos por la versión USA.

Al final, pese a la corrección impecable y el precioso envoltorio de la nueva versión, el original francés ‘llega’ más al espectador, especialmente por la auténtica química entre sus protagonistas (Jolie y Depp hacen lo que pueden, eficacia y poco más) y un desenlace muy superior al del remake, que realmente deja sin aliento.
Y ahora, vamos con esos pequeños-grandes cambios, entramos en los SPOILERS.



Para empezar, si en la primera escena del original nos cuentan con pelos y señales quién es Anthony Zimmer y cuál es la situación, avisándonos de que la clave para encerrarle es su novia y la policía lo sabe, en el remake no revelan tanto y la Jolie se muestra de inmediato, en lugar de optar por el estilo francés, más sensual, de mostrarnos solo las piernas de la mujer o su espalda, retrasando el momento en el que vemos por primera vez a la Marceau, que es el mismo en el que la conoce el turista… con el que por cierto se habla de usted en la cinta francesa y de tú en la estadounidense. En cambio, un buen detalle del remake es mostrar cómo la mujer está a punto de elegir a otro hombre, hasta que la novia de este aparece. El azar...

Por el contrario, en el remake el espectador sabe antes que la policía está al corriente de que el turista no es Zimmer, aunque la mafia rusa tarda más en aparecer. Por cierto que la primera orden del jefe mafioso es capturar a Zimmer y matarla a ella, con lo que el espectador se pone de parte de la mujer, a diferencia del original. Otro detalle similar es que en la versión USA sí vemos a la mujer siendo testigo del primer intento de asesinato del turista y de la persecución, de nuevo contribuyendo a que caiga mejor la mujer, pese a que luego se dejará más en el aire de qué lado está.

El hotel. Además de ser más lujoso, en el remake el turista sí oye cómo ella les registra como marido y mujer, y la escena en la que él duda si entrar en la habitación de ella tras su primer beso está más lograda.

El policía perseguidor. Uno de los principales cambios. En el film original el policía que dirige la caza de Zimmer cumple su trabajo y confía plenamente en el personaje de Marceau. En el remake, sin embargo, desde el principio el guión trata de que el agente encarnado por Bettany le caiga lo peor posible al espectador. Además, no confía en Jolie, por lo que aquí el espectador sospecha más de las verdaderas intenciones de ella que en el original, donde parece claro de qué lado está. Bettany incluso habla de ella como de una vulgar… mujerzuela delante de Depp, al que ridiculiza cuanto puede… lo que incrementa la satisfacción del espectador cuando al final, y a diferencia del film francés, sí se muestra cómo Bettany descubre que se la han jugado bien.

El policía amigo/enemigo. En ambos films, el turista acaba en comisaría. En el original, es él quien busca la ayuda de la policía tras el primer intento de asesinato, mientras que en el remake es detenido al final de dicha escena, que aquí resulta más espectacular con esas carreras por los tejados a lo Bourne, pero menos impactante que la francesa, donde el espectador casi siente los golpes de los brazos del protagonista contra los retrovisores de los coches mientras huye, o el dolor en los pies al correr descalzo sobre el asfalto. Y si en el original el policía es un simple agente que acaba asesinado por ayudarle, aquí es un inspector que le entrega a los rusos.

El jefe mafioso. Imagino que esta es la parte escrita por McQuarrie, que para hacer más malvado al jefe mafioso incluso se copia a sí mismo con pasajes casi calcados de Sospechosos habituales, e introduce una escena muy violenta en una sastrería, que rompe el tono elegante del film.

El flashback. En el film galo, mientras el turista está en la comisaría tras escapar del primer intento de asesinato, se introduce un flashback con la cena romántica de la noche anterior, donde, ante la afición de él por las novelas de misterio, ella le pide que imagine quién es ella. El flashback desaparece en el remake, pero el diálogo se utiliza en dos escenas previas.

La despedida. Después de que ella lo rescate, le deja claro que una cosa es que no quiera que muera y otra que esté enamorada de él. En la versión gala le deja ‘con todo lo necesario’ en un triste piso-zulo, mientras que el remake es más elegante, con esa despedida en la lancha… que acaba convertiéndose en un vídeoclip… y tras el cual se descubre que ella es policía. Es ella misma quien lo revela, otorgando todo el protagonismo a la Jolie, porque ella lo vale, en lugar de explicárselo el policía al turista como en el original, cosa que ocurrirá más tarde, de modo que, a diferencia de en el original, en el remake el espectador lo sabe antes que el turista.

Rufus Sewell. Es el verdadero turista, sus esporádicas apariciones son utilizadas con gran habilidad para que el espectador nunca sospeche que Depp es en realidad Zimmer y crea que es Sewell, sobre todo a partir de la escena del baile. Aquí el film norteamericano se muestra más tramposo a la hora de engañar al espectador.

El rescate. En el original, el director hace con gran habilidad que el espectador no sepa si el turista continúa en la furgoneta con los policías, aunque apunta sus intenciones al taparlo de manera tan evidente. Aún así, es una sorpresa que aparezca en la mansión. La versión USA, más vulgar, pasa directamente de mostrar a Depp en la furgoneta a hacerlo en la mansión, sin ese toque de clase en la dirección. Luego, tras alargar la escena con el recurso de la caja fuerte, Depp no arriesga su vida en el momento decisivo, a diferencia de en la película francesa, porque interviene el personaje de Timothy Dalton.

El desenlace. La principal diferencia entre las dos películas es que en el remake se insiste una y otra vez en que ella está enamorada de Zimmer, de modo que al final no sabe por cuál decidirse, lo que se soluciona al ser la misma persona. Así, parece lógico que ella se enamore del turista, dado que es Zimmer. El original va mucho más allá, puesto que deja claro que ella nunca quiso a Zimmer, solo lo fingió para atraparle, y como él lo sospechaba, por eso urdió todo el plan, que no se justifica en el remake. Solo cuando se convierte en otra persona, Zimmer logra enamorarla pero ella sigue obsesionada con encerrar a Zimmer, al que detesta por haberla dejado en manos de la mafia, ya que a diferencia del turista, no se ha jugado la vida por ella. De ahí el shock (de ella y del espectador) cuando descubre la verdad... dando paso a una tórrida escena que desaparece en el remake. Aún así, ella no acepta irse con él… hasta que la elige por encima de su libertad, y a costa de perder todo su dinero. Eso es amor.

El detalle: Tres títulos para un film. Los franceses utilizaron siplemente el nombre del protagonista, cuya misteriosa identidad impregna toda la película y, de hecho, al que tenemos omnipresente en casi cada escena. En España se le añadió ‘El secreto de’ para darle mayor gancho… e involuntariamente sugerir la sorpresa final. En los USA, curiosamente, lo cambiaron por El turista, cuando, en realidad, el protagonista es cualquier cosa menos un turista.

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