domingo, 10 de noviembre de 2013

Volem Canal 9, i no de qualsevol manera


Hoy toca un, esperemos que breve, paréntesis en la cotidianeidad cinematográfica para ocuparnos del último expolio al que el PP somete a la Comunitat Valenciana. El último gran cacique, Alberto Fabra, a quien nadie votó como alcalde de Castellón ni como president de la Generalitat, siempre lo pusieron a dedo (curiosa la carrera política de este hombre), ha ido hoy a Cheste para "hablar de motos". Así que ha habido que preguntarle hasta cuatro veces por las manifestaciones en las que miles de valencianos se opusieron ayer al cierre de Canal 9 en las capitales de las tres provincias. Y al final ha soltado que "la decisión ya está tomada y ya lo hemos dicho por activa y por pasiva", en declaraciones a Radio 9. O sea, aquí mando yo y punto. Habrá que verlo.  

Ignoro si la ocurrente idea de cerrar RTVV ha salido del propio Fabra, del Consell en general, o directamente de Génova. Tampoco tengo muy claro que hayan medido sus consecuencias. Desde luego tengo claro que en el PPCV ni se esperaban la reacción de los, hasta ahora, sumisos y serviles trabajadores de la casa, ni la reacción popular en la calle. Claro que para ellos solo cuenta la 'mayoría silenciosa' o sus propias manifas.

Lo que también evidencian las palabras de hoy de Fabra es la eterna costumbre española de no dar un paso atrás (aunque esta semana Wert y sus becas han demostrado que se puede hacer) y no reconocer los propios errores ni muerto. Decía Císcar en su última comparecencia que el PPCV ha cometido errores en Canal 9, pero yo más bien hablaría de delitos, uno tras otro. Igual que ahora Fabra comete una ilegalidad tras otra, tal como se encargarán de sentenciar los jueces, salvo que los tenga comprados el PP... y a la vergonzosa actitud de la Fiscalía en casos como los de la Infanta o Bárcenas me remito. Pero igual tardan 10 años en juzgarle, como al otro Fabra, y Canal 9 ya estará criando malvas.

Si Alberto Fabra se ha leído el Estatut de Autonomía sabrá que no puede privar a los valencianos de un derecho como es tener un medio de comunicación propio, y no le he oído hablar en ningún momento del escenario posterior al cierre de Canal 9. Es cierto que la televisión valenciana necesita un profundo cambio en todos los aspectos y una reducción de plantilla, pero pactada, aunque al menos se ha quitado la mordaza que le había puesto el PPCV, convirtiéndola en su aparato propagandístico. Hace muchos años que los peperos (Zaplana, el gran Paco Camps...) nos robaron la tele a los valencianos, y ahora parece que quieren hacerlo definitivamente. Eso, señor Fabra, se llama prevaricar y dar un golpe de estado.

En fin, el PP sigue dominado por el liberalismo y la obsesión de cargarse todo lo público para defender a los suyos. Porque esto, como siempre, no es más que una lucha de clases. Y hay que tomar partido.

Por cierto, no es la primera vez que el PPCV cierra una televisión autonómica. Ya cerraron TV3.

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