Inicié este blog con ‘El secreto de sus ojos’ de Juan José Campanella, y hoy toca su anterior film, ‘Luna de Avellaneda’ (2004), que yo vi tras el estreno del primero. Estamos, seguramente, ante sus dos mejores películas (aunque 'El mismo amor, la misma lluvia' y 'El hijo de la novia' no se quedan atrás), si bien la más reciente se ve tal vez favorecida por una trama más comercial, lo que no menoscaba en absoluto su calidad.
‘Luna de Avellaneda’ carece, pues, del gancho de una trama de intriga que se prolonga durante décadas y de una gran historia de amor, pero es posiblemente la cinta más ambiciosa de Campanella, que reincide en sus temas más queridos. La perenne crisis económica argentina vuelve al primer plano, sobre todo en el contraste entre el idílico pasado que se muestra en el prólogo y el presente en el que transcurre el resto del film.
La acción, o mejor, acciones, dada la multiplicidad de tramas, se prolonga durante dos horas y cuarto (incluyendo una escena ‘de regalo’ tras los primeros títulos de crédito), de una manera pausada, avanzando poco a poco. Drama y comedia se entremezclan a la perfección, con el sello Campanella, y es hacia la mitad del metraje, ya presentados los personajes de una trama coral, cuando la película empieza a ganar velocidad y se suceden las secuencias más emocionantes, incluyendo el mejor momento interpretativo de toda la carrera de Ricardo Darín (y eso es decir mucho), y una de las últimas lecciones magistrales que nos regaló José Luis López Vázquez. Todo ello hasta culminar en un final de los que se quedan en la memoria del espectador, en el que la realidad y las ilusiones se baten en duelo y sólo puede haber un ganador.
También hay historias de amor en ‘Luna de Avellaneda’, pero menos románticas y ‘de película’ que en ‘El secreto de sus ojos’ (soberbia por otra parte). Aquí el amor es más real y desencantado: la lucha por mantener un matrimonio de 20 años, por un lado, y por otro la de una pareja que viene de un largo historial de desencantos amorosos y no sabe si darse una nueva oportunidad.
En el club ‘Luna de Avellaneda’ hay mil historias y mil detalles, en una película para disfrutar poco a poco, dejando que se sucedan las imágenes, pero sobre todo brilla la historia de una niña que es feliz bailando (y la mejor versión del cuento de la cerillera).
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