lunes, 4 de octubre de 2010

Hasta la victoria siempre... aunque sea la derrota

Vale, he tardado bastante, pero al final he completado el díptico sobre El Che dirigido por Steven Soderbergh. Es lo que tiene que la producción haya sido en parte española y que la segunda parte, ‘Guerrilla’, se estrenase en poquísimas salas, casi saliendo directamente en dvd, y eso que Benicio del Toro, faltaría más, se llevó el Goya al mejor actor por su interpretación-reencarnación de Ernesto Guevara.

Y tal vez ha pasado demasiado tiempo desde que vi la primera parte, ‘El argentino’, pero me cuesta ver las diferencias que la mayor parte de la crítica establecía entre ambas películas. Se decía que la primera, centrada en la revolución cubana, era más comercial, y el desenlace, que narra la revolución boliviana, más experimental, más de autor. A mi modo de ver, la principal diferencia estriba en lo que se cuenta y no en el cómo. La revolución cubana triunfó: los guerrilleros del Che lograron el apoyo de la población y tenían el respaldo del partido comunista y de Fidel Castro, por lo que pudieron luchar en igualdad de condiciones con las tropas de Batista y derrocarlo. En cambio, en Bolivia el Che estuvo más solo, en ningún momento su escasa fuerza militar se ganó a los campesinos para su causa y el partido político que secundaba sus ideas se negó a apoyar el uso de la fuerza para derrocar a los gobernantes. Por no hablar de que Estados Unidos no estaba por la labor de permitir un nuevo régimen como el cubano.

‘Guerrilla’ es pues, la narración de un fracaso anunciado. Soderbergh, en un estilo documental, es testigo y no narrador de cómo, día a día, el sueño del Che de mejorar la vida de los bolivianos se da de bruces con la imposibilidad de reeditar la revolución cubana. Es por ello que esta segunda parte carece del aliento épico de la primera, que concluía con el triunfo de los revolucionarios, y también pierde en comparación dado que aquella primera entrega incluía el célebre discurso del Che ante la asamblea de la ONU.

En cambio, aquí vemos la grandeza del Che, capaz de seguir adelante pese a todas las adversidades, y si hay una épica, ésa es la de la derrota. Soderbergh vuelve a desaparecer, a borrar todo rastro de autoría, dejando que sean las imágenes y la extraordinaria interpretación de Del Toro las que hablen, logrando que sigamos los pasos del Che como si fuésemos un guerrillero más, casi sintiendo la lluvia y las balas.

El film también tiene para el público español el aliciente de ir descubriendo a medida que avanza el metraje al notable elenco de actores españoles y latinoamericanos que se van sucediendo, ya sea en papeles importantes o apenas en una secuencia, desde Jordi Mollá o Eduard Fernández a Jorge Perugorría o Carlos Bardem, pasando por Óscar Jaenada o Antonio de la Torre. Sin olvidar la participación de Joaquim de Almeida, Franka Potente, Lou Diamond Phillips o Matt Damon, en una aparición que no sé si alcanza el minuto.

La recomendación: Si aún no habéis visto ‘El argentino’ ni ‘Guerrilla’, os aconsejo que iniciéis vuestra aproximación cinematográfica a la figura del Che con ‘Diarios de motocicleta’, la película de Walter Salles protagonizada por Gael García Bernal, que narra la juventud del revolucionario y es clave para entender sus motivaciones.


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