jueves, 21 de octubre de 2010

Puro Mel Brooks

La historia de ‘Los productores’ es una de esas en las que una misma idea o guión es aprovechada de muy diversas maneras. Mel Brooks debutó en Hollywood escribiendo y dirigiendo una película con este título en 1968, logrando un Oscar al guión y un fracaso en la taquilla. Varias décadas después, en 2001, le añadió música y letra convirtiéndola en uno de los musicales de mayor éxito de Broadway (12 premios Tony), que además contribuyó al renacer del género. Tal fue su éxito que de nuevo fue llevada a la pantalla en 2005, esta vez bajo la dirección de Susan Stroman, que ya había dirigido el montaje teatral, y con el mismo dúo protagonista, aunque sin alcanzar la repercusión que tuvo sobre los escenarios.

En su momento no me interesó demasiado, pero este lunes la echaron en La 2 y decidí ver qué tal. Lo primero que me encontré fue un ‘pequeño’ problema con la versión doblada que echaron, y es que a uno de los dos protagonistas, interpretado por Nathan Lane (del que soy fan desde ‘Una jaula de grillos’), lo dobla Santiago Segura. Aquí hay que mencionar que el creador de ‘Torrente’ asumió este papel en la versión teatral española, creo que posterior a este doblaje. El caso es que, en primer lugar, Segura no está acostumbrado a doblar, y eso se nota, y en segundo y peor, su imagen se impone a la de Nathan Lane, creando un efecto bastante desconcertante.

Supongo que debido a ello la película parecía mejorar cada vez que el reparto se ponía a cantar y se podían disfrutar las interpretaciones originales, especialmente la de Matthew Broderick, perfecto en el papel del apocado oficinista convertido en productor de Broadway (y no, no me imagino a José Mota en este papel). Tampoco tienen desperdicio las apariciones de Uma Thurman, más espectacular que nunca en uno de sus escasos papeles cómicos, y sobre todo Will Ferrell, que se lleva los minutos más delirantes de todo el metraje.

No resulta extraño que este montaje triunfara en Broadway, ya que la mayor parte de los números musicales remiten a la tradición más clásica del género. Una perfecta muestra es el tema principal de la función, ‘I can do it’, a dúo entre los protagonistas, cuya tonada recuerda poderosamente al mítico ‘Make them laugh’ de ‘Cantando bajo la lluvia’, cuya letra también es tomada como punto de partida para el desternillante ‘Keep it gay’.

Sin embargo, ‘Los productores’ queda lastrada por el excesivo frikismo de todos y cada uno de los personajes, en el más puro estilo Mel Brooks. Esto garantiza la carcajada pero impide que realmente se convierta en un musical de leyenda, aunque hay que agradecerle el esfuerzo. Ahora sería cuestión de echarle un vistazo al film original, para comprobar si pierde tanto como me imagino al carecer de los números musicales… o resulta algo completamente distinto.


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