domingo, 26 de agosto de 2012

El peligroso cielo de 'Last Exile'



Last Exile es una de esas joyitas que la animación japonesa nos regala de cuando en cuando. Serie de 26 episodios producida por la todopoderosa Gonzo para celebrar su décimo aniversario, se encuadra en el género de la ciencia-ficción, más concretamente el steampunk, ambientado en una época similar a la de la revolución industrial inglesa, con el vapor como fuente de energía principal.

La acción arranca en un planeta, por tanto, retrofuturista, en el que el agua es el bien más preciado (los personajes reaccionan ante el agua de graduación más limpia como si fuera champán) y los protagonistas son Claus y Lavie, dos jóvenes que se dedican a repartir mensajes en sus vanships, pequeños aviones propulsados a vapor.

Poco a poco se irá descubriendo el vasto tapiz en el que van a tener que desenvolverse los protagonistas, arrastrados a luchas e intrigas que ponen en juego el destino del planeta. Por simplificar, hay dos facciones enfrentadas y una tercera, la más poderosa, oculta en el Océano Turbulento, una zona del cielo azotada por vientos huracanados en la que murieron los padres de los protagonistas. Y también está el misterioso Exile, un objeto del que poco se sabe pero que todos quieren poseer.

Los protagonistas se verán arrastrados al ojo del huracán cuando rescaten a una niña, Alvis, que también parece decisiva para el futuro de todos, y acabarán en el Silvana, una invencible nave espacial de batalla, no menos legendaria que su capitán, Alex, que recuerda mucho al mítico Capitán Harlock y que también guarda un pasado más que intrigante.


Uno de los puntos fuertes de la serie son los personajes, dotados de gran carisma  y que además van evolucionando a medida que se suceden los acontecimientos, como Tatiana, obsesionada con ser la mejor piloto… hasta que descubrirá que hay otras cosas más importantes; la primera oficial del Silvana, Sofía, cuya verdadera identidad hará que tenga que tomar una difícil decisión que afecta a todos; o sobre todo, Dio, hermano de la mala de la función, Maestro Delphine, que solo parece buscar la diversión y cuya creciente obsesión por Claus le llevará a cambiar… si le dejan. Y mucha atención a la trama romántica de la segunda mitad de la serie, cuando Lavie descubre que ya no quiere a Claus como un hermano o un amigo, mientras a él se le multiplican las pretendientes.

Otra de las bazas de Last Exile son las escenas aéreas, tan impresionantes como en la película Skycrawlers, que nos devuelven la pasión por volar. Desde las carreras de vanships de los primeros episodios hasta las formidables batallas del tramo final, realizadas además en 3D, en contraste con el estilo tradicional con el que se representan los personajes, lo que dota a la serie de un aspecto visual propio y muy característico.

Cada capítulo lleva por título una jugada de ajedrez y la acción va en un continuo in crescendo, haciendo primero que nos encariñemos con los protagonistas para luego ir desvelando un secreto tras otro y sumando peligro tras peligro, para mediada la serie pisar el acelerador en una continua escalada épica… de la que no todos saldrán con vida.

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