El de Héroes es un perfecto ejemplo de cómo tirar por la borda en un momento
todo lo ganado con un buen inicio. La primera temporada arrasó en audiencia (y
sobre todo en descargas), convirtiéndose en la mejor adaptación apócrifa de la
Patrulla X, manejando muy bien a una serie de personajes que descubren que
tienen poderes como volar, invulnerabilidad, telepatía, etc. Por desgracia
llegó la huelga de guionistas y la segunda temporada apenas tuvo 11 episodios y
pasó más desapercibida, así que la tercera se presentaba como la gran reválida.
Huelga decir que, dado que la serie se canceló tras la cuarta temporada, las
cosas no fueron demasiado bien.
Para resarcirse de lo ocurrido en la temporada anterior, la tercera tuvo
nada menos que 25 episodios, divididos en dos arcos argumentales de 13 y 12. La
cosa no empezó del todo mal, pero la serie se fue convirtiendo en un
despropósito, dando vueltas y más vueltas sobre los temas. Todos los caminos
llevan siempre a la familia Petrelli, modificando una y otra vez la historia
sobre el origen de los poderes sin salir del mismo círculo vicioso.
Por lo visto la intención inicial del creador de Héroes, Tim Kring, era
renovar el elenco de cada personajes en cada temporada. Y visto lo visto
hubiera sido un acierto, ya que el principal problema de la serie ha sido no
saber qué hacer con unos personajes que probablemente solo daban para una
historia, la de la primera temporada.
Un perfecto ejemplo de ello es Sylar, el villano por excelencia de la
serie, que podría haber sido un gran personaje pero, tras resucitarlo en la
segunda temporada, cambia tantas veces de personalidad que resulta incoherente:
ahora está emparentado con los Petrelli, ahora busca a su verdadero padre,
ahora quiere ser bueno y se enamora, ahora quiere acabar con todos los que
tienen poderes, ahora quiere ser ¡presidente de los USA!... Y así hasta perder
toda la credibilidad.
Otro tanto puede decirse de Nathan Petrelli, el senador volador, del que no
sé qué me cae peor, si su indolencia o que lo interprete Adrian Pasdar con su cara de
palo. Un Nathan que tan pronto se opone a su resucitado padre como se alía con
él, y tan pronto inicia la caza de todos los humanos con poderes como… en fin,
otro que no se aclara, o mejor, son los guionistas los que improvisan una y
otra vez sobre la marcha.
Y lo mismo para la mayor parte de personajes:
-La animadora empieza bien, con esa visión del futuro en la que es una
asesina y un acontecimiento traumático en el presente que abre ese camino. Pero
el personaje acabará diluyéndose y pesando muy poco en las tramas finales.
-Parkman, otro que se deja llevar como una peonza, cuando es el más poderoso
de todos.
-Hiro y Ando ya no divierten, se han vuelto repetitivos como recurso
humorístico, y por el contrario su mejor aportación es el momento dramático en
cierto flashback del primer arco argumental.
-Mohinder, otro que ya no se sabe qué pinta en la historia, más allá del
recurso a las investigaciones de su padre en el pasado.
-Peter, el eterno rebelde sin causa, otro despropósito de personaje.
-Y lo de Ali Larter ya es de juzgado de guardia. Para mantenerla en la
serie, tras cargarse al primer personaje que interpretaba y al segundo, su
hermana gemela, pues resulta que… eran trillizas. En fin, el espectador acaba
perdiendo toda empatía con los pesonajes, y por tanto le da igual lo que les
ocurra, lo cual sentenció la suerte de la serie.
Curiosamente, los únicos personajes que mantienen cierta coherencia y unos
objetivos constantes son los que carecen de poderes, empezando por el padre adoptivo de
Claire, Noah, y siguiendo por la gran incorporación del segundo arco, Zeljko Ivanec,
con otro de sus personajes marca de la casa, como el que interpretara en 24, y
sobre todo en El evento, ahora convertido en implacable cazador de todo aquel
que tenga poderes.
La serie mantiene alguna de sus señas de identidad, como los capítulos
flashback para aclarar aspectos del pasado, y algunos episodios más o menos
autoconclusivos que no están nada mal, como el que transcurre en la juventud de
Ángela Petrelli, con una nueva vuelta de tuerca a los orígenes. El problema es
que con un reparto tan extenso, hay personajes que desaparecen durante varios
capítulos, y eso no acaba de funcionar.
Al final se logra un desenlace más o menos aceptable, con un giro final
bastante interesante y original… aunque en el inmediato prólogo de la cuarta temporada ya
se deja claro que la tranquilidad no va a durar mucho. La gran pregunta es ¿por
dónde tirarán?
SPOILERS
El primer arco, Villanos, arranca con la fuga de varias personas con
poderes retenidas por la Compañía, incluido el hermano de la madre natural de
Claire, por lo que Noah tiene que volver a capturarlos. Mientras, un Peter venido
del futuro trata de impedir que toda la población obtenga poderes y eso
destruya el mundo. Detrás de este plan está el patriarca de los Petrelli,
encarnado por Robert Foster con brillantez primero y apatía después, al que
todos creían muerto y que resulta ser una buena pieza. En cuanto a Sylar, que
le come el cerebro a Claire en la escena más gore de la temporada y se vuelve
inmortal, Ángela le convence primero de que es el tercer hermano Petrelli, de
modo que ahora está a favor de Ángela, luego de su padre, luego de Peter… en
fin. Y eso a la vez que se reescribe su origen y tiene una relación amorosa con Elle, al tiempo que trata de ser bueno… lo que no durará mucho. ¡Si hasta se
convierte en compañero de trabajo de Noah!
Y mientras, hasta Mohinder obtiene poderes, la relación entre Hiro y Ando se
complica, y Parkman tiene visiones en las que aparece casado con un nuevo
personaje, una chica con supervelocidad. También reaparece Ali Larter, ahora
como la tercera hermana con poderes sobre el hielo… y con unas intenciones no
demasiado claras.
Ya con el patriarca de los Petrelli fuera de la circulación, en el siguiente arco, Fugitivos, a
Nathan no se le ocurre otra cosa que capturar a todos los que tienen poderes,
siempre que no se llamen Claire o Nathan, claro. La cosa se le acabará yendo de
las manos, y más cuando tome cartas en el asunto Sylar, que durante la mayor
parte del arco busca a su verdadero padre, encarnado por John Glover, el Lionel
Luthor de Smallville.
Al final, todo se resume, otra vez, en todos contra Sylar, que ya incluso puede cambiar de aspecto. Entre las bajas, el propio Nathan... aunque Parkman hace que Sylar tome su aspecto y crea que es él de manera permanente... aunque el epílogo deja eso en el aire. Otra ocasión perdida para cerrar una serie cuando tocaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario