domingo, 30 de junio de 2013

'Elementary': Cuando Watson es la estrella


Que la nueva versión televisiva de Sherlock Holmes made in USA use como título la referencia al célebre ‘Elemental, Watson’, frase que nunca escribió Conan Doyle, no parecía presagiar nada bueno… pero lo cierto es que Elementary ha sido una de las sorpresas positivas de la última temporada de series.

Lo reconozcan o no, Elementary, creada por Robert Doherty, es la versión USA del Sherlock británico, dado que ambas han apostado por actualizar al personaje trasladándolo al presente. A partir de ahí, Sherlock se ha mantenido mucho más fiel a la letra y al espíritu del modelo original literario, en tanto que Elementary ha innovado mucho más.

Para empezar, si Sherlock convierte el Londres moderno en el escenario perfecto para las andanzas del personaje, aquí se mantiene su origen británico pero se le traslada a Nueva York en pleno proceso de rehabilitación tras caer en las drogas, con las que siempre jugó el personaje original. A partir de ahí, al igual que en la versión británica, se convierte en asesor de la policía, donde tenemos a un recuperado Aidan Quinn impecable como inspector, en uno de los secundarios más acertados de la serie. Otra cosa es su ayudante, Marcus, que apenas brilla en un capítulo en el que la trama le toca de cerca.

Pero la mayor novedad es convertir a Watson en una mujer. Una jugada que les ha salido tan bien, que se han animado a cambiarle el género a algún que otro personaje más del entorno holmesiano, incluida una señora Hudson, la casera de toda la vida del detective, que aparece aquí en un capítulo como transexual. Y que nadie se lleve las manos a la cabeza, porque el personaje se hace querer tanto como la señora Hudson original, o la de Sherlock, por nombrar un referente más cercano.

Por su parte, Lucy Liu, la actriz elegida para encarnar a Watson, se convierte desde el principio en uno de los puntos fuertes de la serie, sobre todo por la particular relación que se establece entre los dos personajes principales, en ningún momento romántica. Watson, excirujana, es contratada por el padre de Holmes (al que aún no hemos visto) para ‘vigilar’ a su hijo una vez finaliza su estancia en la clínica de desintoxicación. Sorprendida por la peculiar, por decir algo, personalidad de Holmes, Watson irá entendiéndole cada vez mejor, al tiempo que el detective, completamente asocial, la deja entrar en su mundo. Sencillamente, se le saca mucho más partido a la relación entre ambos que en Sherlock –tal vez el único punto en el que la versión USA supera a la británica-, y no digamos ya que en el Sherlock de Guy Ritchie.

Elementary, por otra parte, es un procedimental de libro, con uno o dos casos autoconclusivos por episodio, al margen de cómo se va desarrollando la relación entre los personajes principales capítulo a capítulo. Con la mitad de duración por episodio que la versión británica, lo cierto es que la serie no arranca precisamente con mucha fuerza, pero en solo unos pocos episodios empieza a crecer, de la mano de unas tramas de lo más enrevesadas, donde nada es lo que parece, al más puro estilo de Miénteme (cómo echo de menos la serie de Tim Roth!).

Valga como ejemplo el capítulo en el que, simplemente mirando los restos de un avión destrozado, Holmes deduce que el accidente ha sido provocado, iniciándose una trama llena de giros sorprendente. Y es que, como en House, durante varios episodios todo apunta primero a un asesino, luego a otro, y finalmente al auténtico. Y como en Miénteme, tenemos desde secuestros a asesinatos, pasando por chantajes, etc.

Sin embargo, superado el ecuador de los nada menos que 24 capítulos de esta primera temporada, y coincidiendo con el nuevo estatus de Watson, que pasa de ‘cuidadora’ de Holmes a su aprendiz como detective, el interés de las trama va cayendo paulatinamente hasta convertirse en una sucesión de episodios intrascendentes y anodinos… hasta que llega Moriarty, of couse.

Al igual que en Sherlock, mucho se habla de Moriarty en Elementary antes de que la némesis de Holmes haga su aparición. El ‘prólogo’ es el episodio 12, M, con un fantástico Vinnie Jones (que no se pierde un partido del Arsenal, faltaría más), donde, una vez que ya se han revelado los motivos por los que Sherlock se dio a las drogas y empezamos a ver el papel que va a desempeñar en esta versión Irene Adler, el detective va a la caza de un asesino por motivos personales, dispuesto a llegar tan lejos como haga falta... lo que acabará cambiando su relación con el inspector encarnado por Aidan Quinn.

Esta trama se retoma en el capítulo 21, Una historia para recordar, que inicia una saga de cuatro capítulos bastante autoconclusivos, pero en el transcurso de los cuales Holmes va acercándose cada vez más a Moriarty, mientras desfilan como estrellas invitadas desde F. Murray Abraham a Arnold Vosloo, pasando por Natalie Dormer. Aquí, especialmente en las dos últimas entregas, es donde se luce Doherty como guionista, deparando grandes momentos, sobre todo en los cara a cara entre Holmes y Moriarty en el desenlace de la temporada. Poco que ver con el Moriarty de Sherlock, en Elementary también han acertado con su versión, y en ambos casos superan, de lejos, la cinematográfica, demasiado conservadora.

Para acabar, comentar la labor de Jonny Lee Miller, del que reconozco saber poco más que que fue el primer marido de Angelina Jolie. Le toca lidiar con la versión más estrafalaria del personaje, yendo aún más allá que la versión británica, la cinematográfica, o esa versión inconfesa, y tal vez la mejor, que fue House. Ya que gustan los personajes de este tipo, pues aquí se pasan tres pueblos, corriendo el riesgo de que el público no llegue a conectar con un Holmes de lo más raro… al que al final se hace difícil imaginar interpretado por otro actor, permanentemente sobreactuado.

Veremos qué da de sí la segunda temporada. Y en los spoilers hablamos del desenlace, de Moriarty y de Irene Adler.



SPOILERS
Doherty se acaba jugando el todo por el todo, y tras cambiarle el género a Watson, no solo hace lo mismo con Moriarty, lo que ya no hubiera sido tan original, sino que, y aquí está su jugada maestra, fusiona a Moriarty y a Irene Adler.

Tras los primeros episodios se nos cuenta que Holmes amó a Irene –algo que nunca ocurrió en el original literario, pero que Hollywood se empeña en cambiar una y otra vez en pro del elemento romántico- y que esta fue asesinada, algo que no creí ni por un momento, de modo que el final del episodio 22 me lo veía venir desde el principio. Y hablando de finales de episodio, Doherty se sale en los últimos tres continuará: el capítulo 21 acaba con la primera conversación –telefónica- entre Moriarty y Holmes, el 22 con la revelación de que Irene está viva, y el 22 con el descubrimiento de que Irene… es Moriarty.

Lo mejor es que todo cuadra, y que Natalie Dormer no solo compone una Irene Adler-Moriarty magnífica, sino que aprovecha la gran oportunidad de interpretar a los dos personajes a la vez y logra estar a la altura de la Irene de Sherlock, algo que se antojaba poco menos que imposible.

Lástima que el desenlace de la temporada apueste por un final feliz y cerrado, perdiendo la oportunidad de dejar un gran final abierto para la siguiente entrega. Por mi parte, hubiera dejado a Holmes con la sobredosis, y desde luego a Moriarty libre, planteando en la segunda temporada cómo Holmes vuelve a recuperarse, retoma su colaboración con Watson e inicia la caza implacable de Moriarty… quien de todos modos no creo que tarde en salir de la cárcel con un plan maestro.


2 comentarios:

  1. Yo vi el piloto y me encantó, así que la guardé para verla ahora en verano

    He dejado de leer en los Spoilers, no sea caso :-)

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    1. Ni se le ocurra leer los spoilers, que me parece que en el texto principal ya he dejado demasiadas pistas. Pues el piloto qué quieres que te diga, luego va a mejor aunque después flojea un poco.

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