Suele decirse que segundas partes nunca fueron buenas,
algo que no se aplica a Homeland, una de las mejores series del momento, con la
que ha vuelto a ocurrir lo que ya sucedió en su momento con 24, con la
que comparte creadores, dirección, banda sonora… básicamente todo menos el
reparto. La primera temporada de 24, con su original y arriesgada premisa, pero
sobre todo con su brillante desarrollo y ejecución, sorprendió a todo el mundo.
Después de aquello, parecía imposible superarlo, pero la segunda temporada fue
aún mejor. Igual ha ocurrido con Homeland, como demuestra que repitió los
Globos de Oro a mejor serie dramática y mejor actriz en serie dramática, una
fabulosa Claire Danes, y que encabeza las nominaciones a los Emmy con 5,
empatada con Breaking Bad.
Claro que en este caso lo tenían más fácil. Y es que,
dado que las temporadas de Homeland solo tienen 12 episodios, en realidad las
dos primeras entregas son el equivalente a una sola de 24, y de hecho, Homeland
2 sigue directamente donde concluyó su predecesora, con la continuación lógica
de una historia que, evidentemente, no había terminado, y, al igual que ocurrió con la segunda entrega de 24, potenciando las tramas políticas
.
Que en realidad no estamos ante dos temporadas, sino ante
una sola dividida en dos partes –por motivos comerciales y económicos- también
queda de manifiesto ante los escasos personajes nuevos que se incorporan a la
acción. Básicamente se trata de una periodista que se revela casi de inmediato
como terrorista, un nuevo compañero para Carrie en la CIA –que guarda muchos
secretos- y el hijo del vicepresidente, que entabla una relación con la hija de
Brody. Dinah, por cierto, sigue tan insoportable como de
costumbre, pero protagoniza una trama más que interesante, dado que su relación
con el hijo del vicepresidente va a discurrir por caminos más oscuros de los
que cabía pensar… y no se trata de lo que estáis pensando.
Para que quede claro que esta segunda temporada está al
nivel de la primera e incluso por encima, ahí están los primeros episodios, los
mejores, donde empezamos viendo qué ha ocurrido con Carrie tras el desolador
desenlace de la primera entrega, y en el segundo ya la tenemos en Beirut
protagonizando una trama que no tiene nada que envidiar a los films de Bourne.
Y solo el plano final del primer capítulo ya lo vale todo.
A partir de ahí, los finales de capítulo van in crescendo
y ocurre todo lo que sabíamos que ocurriría desde el principio, siguiendo el
desarrollo lógico de los acontecimientos, eso sí, de la manera más brillante posible,
sobre todo cuando todas las cartas ya están sobre la mesa y Carrie y Brody
pueden mirarse cara a cara. A partir de ahí, si la primera temporada era la historia
de Carrie, esta segunda es aún más la historia de Brody, lo que explica por qué Damian Lewis se llevó el Globo de Oro al mejor actor en serie dramática al segundo
intento.
Muchos críticos han hablado de que esta segunda entrega
recuerda más a 24 que su predecesora. Lo cierto es que hay más acción, y el
primer tramo va a mucha más velocidad, pero como he comentado, es algo natural,
dado que se trata de la misma historia, cuyo inicio tenía que ser forzosamente
más lento, cuando solo Carrie desconfiaba de Brody y se limitaba a espiarle
para encontrar algo. Ahora ya se han puesto en marcha muchas cosas y todo va a
velocidad de vértigo.
Entre los escasos peros a estos nuevos episodios estaría la
pérdida de protagonismo de Saúl, que tiene menos relevancia, aunque todo se
compensa con el plano de su rostro que cierra la temporada: sencillamente
magistral.
En cuanto al desenlace, sin desvelar nada, baste decir
que, en cierto modo, recuerda al de la primera temporada de The Killing. Las
dos primeras de Homeland nos han contado una historia que ya se ha
cerrado… de no ser por el giro argumental final, que deja el escenario listo
para la tercera temporada. Ahí el reto será mayor, porque, básicamente, ya han
contado todo lo que tenían que contar, así que van a tener que buscar nuevos horizontes
.
A falta de descubrir qué le depara el futuro a Carrie, lo
cierto es que estamos ante la versión corregida y mejorada de 24 para estos
nuevos tiempos, en la que la acción pierde protagonismo en favor de la parte
dramática, y donde se suceden las escenas, no ya impactantes, sino intensas y
desgarradoras, sobre todo en esa compleja relación entre Carrie y Brody. Solo hay un aspecto en el que la segunda temporada de Homeland está por debajo de la de 24, y es que si aquella podía verse sin necesidad de haber seguido la primera, aquí es imposible.
PD: Lo mejor va a ser poder comparar la tercera entrega
de Homeland con el regreso de 24, ya confirmado, también en formato de 12
episodios. Carrie vs Jack Bauer, nuff said!
El detalle: F. Murray Abraham, a quien hemos visto esta
temporada en Elementary, también se ha pasado por la segunda entrega de
Homeland, en un pequeño y oscuro papel que ayuda a definir mejor la personalidad de
Saúl.
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