Tras el sorprendente éxito de ‘El cuervo’ (de la que ya se prepara remake) con toda la polémica por la muerte de su protagonista, Brandon Lee, durante el rodaje, ‘Dark city’ parecía demostrar que Alex Proyas era un director muy a tener en cuenta por los aficionados al género fantástico. Tras esta nueva cinta, bastante superior a su predecesora, ‘Yo robot’ completaría una trilogía más que digna, tras la cual Proyas rodó 'Señales del futuro', lo peor, de lejos, de su filmografía, y lo último por ahora. ‘Dark city’ ha quedado, posiblemente, como la joya de aquellas tres películas, destacando por un concepto original y la creación de una ciudad más que singular, que la convierten en un pequeño film de culto.
A diferencia de las otras dos películas de Proyas, basadas, más o menos libremente, en un cómic y un libro, aquí parte de una idea propia y un guión desarrollado junto a David S. Goyer, antes de que este reinventase a Batman para lucimiento de Christopher Nolan o nos propusiese un televisivo flashforward. Goyer inventó una ciudad, magníficamente llevada a la pantalla por Proyas, mezcla de cine negro y pesadilla kafkiana, donde siempre es de noche y al llegar la medianoche sus habitantes caen dormidos.
Es entonces cuando comienza la sintonización: los extraños, seres extraterrestres, modifican a su antojo el aspecto de la ciudad, con unos efectos especiales y transformaciones de edificios nunca vistas (y que no hemos vuelto a ver hasta ‘Origen’), y también las vidas de sus habitantes: quien se duerme como policía puede despertar como asesino y quien se duerme como soltero sin un duro puede despertar como millonario con mujer y tres hijos.
Los extraños quieren descubrir el secreto del alma humana y solo alguien puede detenerles, John Murdoch, un hombre sin recuerdos que tiene su mismo poder, ayudado por un misterioso doctor, interpretado por un Kiefer Sutherland pre '24', y un detective que trata de resolver un caso, papel que recae en William Hurt. La película sigue sus peripecias en una acertada combinación de cine negro y ciencia ficción, que se distingue de la mayoría de piezas del género en Hollywood, ya que no es ninguna secuela ni se basa en un cómic.
'Dark city' no acaba de aprovechar todas las posibilidades que ofrece el argumento, sobre todo a la hora de reflexionar sobre la mente humana y los recuerdos, pero siempre nos quedará la conversación de los tres protagonistas en una barca y la original y lograda historia de amor entre Murdoch, uno de los mejores papeles de Rufus Sewell, y el personaje interpretado por una Jennifer Connelly que aún buscaba su lugar en Hollywood: ¿se aman solo porque han sido programados para ello… o el amor está más allá de la ciencia?
Lo mejor: Cuando descubrimos qué es realmente la ciudad.
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