miércoles, 15 de febrero de 2012

El último regalo de REM



Por desgracia, el último disco de REM es el último de verdad, ya que la banda de Michael Stipe anunció el 21 de septiembre del pasado año su disolución. Acaba, al menos por el momento, la historia del mejor grupo de rock de las últimas tres décadas (vale, U2 tiene ‘The Joshua Tree’, pero el resto de su producción no llega al nivel de los de Athens).

Al menos los norteamericanos se han despedido a lo grande, ya que su último trabajo, ‘Collapse into now’, es uno de los mejores de toda su carrera. Reconozco que apenas presté atención al anterior, ‘Accelerate’, ya que, al igual que en ‘Monster’, sacaban su vena más guitarrera, que es la que menos me interesa. Pero en ‘Collapse into now’ todo funciona, desde los temas más cañeros a los más suaves, combinando el folk con el rock más potente e incluso algo de experimentación y alguna que otra colaboración. Pero ante todo, son REM, su personal estilo es más reconocible que nunca y tema tras tema mantienen un nivel envidiable, hasta el punto de que se hace difícil destacar unos temas más que otros.

El disco se abre con dos trallazos, imagino que muy en la línea de ‘Accelerate’, y en este caso hasta me gustan, y mucho. ‘Discoverer’ ya deja claro que van a por todas (y es perfecto para abrir conciertos a lo grande) y ‘All the best’ no le va a la zaga.



El arranque es potente, pero lo que viene después es aún mejor. ‘Uberlin’, mucho más complejo que los anteriores, empieza a suavizar la apuesta musical y es un tema redondo en el más puro estilo REM. En ‘Oh my heart’ retoman sus raíces folks con acierto y luego viene el bombazo de ‘It happened today’, del que no extraña que fuera elegido como avance del álbum dado que es la mejor canción del mismo.

‘Every day is yours’ marca el momento más relajado del disco, la balada más suave, sin que decaiga la calidad, que vuelve a dispararse con el potente ‘Mine smell like honey’, otro de los mejores cortes. En ‘Walk it back’ recuperan su sonido más íntimo, esas canciones hechas de susurros que tan bien se le dan a Stipe, para acometer dos nuevos trallazos, dos temas de sonido vertiginoso y breve duración, el primero con el curioso título ‘Alligator, aviator, autopilot, antimatter’, y el segundo, ‘That someone is you’, que no llega a los dos minutos.

Y para rematar dos joyas. Primero la preciosa ‘Me, Marlon Brando, Marlon Brando and I’, que nos recuerda por qué Michael Stipe es el alma de esta banda, y después la formidable ‘Blue’, que cierra de manera magistral el último disco de REM: Stipe coge el megáfono a lo Neil Young en ‘Greendale’ y cede el protagonismo a la gran Patti Smith, para que después de 4 minutos suenen las guitarras y unos segundos después Stipe grite el arranque de ‘Discoverer’, con lo que el álbum vuelve al inicio de forma circular.

Gracias por tantos años de buena música, REM. Y a ver si os lo pensáis mejor, porque está bien retirarse en lo más alto, pero creo que aún os queda cuerda para rato y grandes canciones por cantar. 

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