domingo, 29 de julio de 2012

Spiderman se da un baño de realidad



¿Hacía falta volver a contar el origen de Spiderman? Esa es la principal pregunta que uno se hace tras ver The amazing Spiderman, el nuevo reinicio para la saga fílmica del hombre araña después de la trilogía de Sam Raimi. Lo más normal hubiera sido continuar contando nuevas aventuras del personaje allí donde lo dejó el director de El ejército de las tinieblas, con el mismo reparto o uno nuevo, pero la apuesta ha sido volver a empezar de nuevo y contar oootra vez el origen del personaje, algo seguramente innecesario dado que, 1, ¿hay alguien que no sepa cómo Peter Parker se convierte en Spiderman?, y 2, hace muy poco que eso se contó en el cine. Pero se ve que la productora perdía los derechos sobre el personaje si no hacía una película pero ya...

Al margen de la idoneidad del planteamiento, lo cierto es que la buena mano del director, Marc Webb (predestinado a dirigir esta película, puesto que su apellido significa red en inglés) y el monumental trabajo del nuevo Spidey, Andrew Garfield, junto a una encantadora Emma Stone como Gwen Stacy, superan los errores de bulto de un guión con demasiados problemas para facturar una cinta que, muy posiblemente, supera la visión de Raimi, demasiado canónica (y aburrida), a excepción de su tercera entrega. Vaya por delante que esa es, de lejos, mi favorita, puesto que es la que más tramas plantea, aunque lo haga de una manera un tanto caótica, además de mostrar el lado oscuro de Parker, lo que ocurre cuando se ve tentado por su poder. Y respecto a la segunda entrega, al parecer tan venerada por los fans, siempre me pareció un remake de su predecesora, aunque Alfred Molina hacía la mejor interpretación de su carrera como Octopus.

Pero a lo que vamos. A la hora de volver a contar el origen de Spìderman, y teniendo bien presente que Raimi lo contó con gran maestría hace muy poco tiempo, se le ha tratado de dar un nuevo enfoque. Y se ha recurrido a dos referentes antológicos. Por un lado, se ha tenido muy en cuenta la visión oscura que Nolan ha dado de Batman, así que aquí también se ha optado por un enfoque más realista, potenciando la faceta más atormentada de Peter Parker, tanto al creerse culpable de la muerte de su tío Ben como, en esta nueva versión, por la temprana muerte de sus padres, que es una de las tramas claves de esta entrega.

Como ocurre con Batman, veremos a la policía persiguiendo a Spiderman, considerándole una amenaza, y también veremos cómo Parker descubre sus poderes y los va controlando y convirtiéndose poco a poco en Spiderman, de una manera más realista que en la versión de Raimi, mucho más a lo Nolan. De hecho, y al igual que ocurría en Batman Begins, el auténtico protagonista es Peter Parker y tardaremos una hora en ver a Spiderman, en una película que se pasa con el metraje, 2 horas y 10 minutos, con un argumento que no da para tanto.

La otra gran influencia a la hora de contar los inicios de Spiderman es Ultimate Spiderman, la serie guionizada desde hace como una década por Brian Michael Bendis, el mejor guionista de Marvel en la actualidad y el gran arquitecto de la casa durante los últimos años, en la que se prescindía de la continuidad y la evolución del personaje durante décadas para volver a narrar sus aventuras desde el principio (¿de qué me sonará eso?).

Como en dicha versión, aquí recuperamos al Peter Parker de 17 años que acude al instituto, y se tarda más en ‘matar’ a Ben Parker para profundizar en su relación con Peter. También se recoge una de las grandes novedades de Ultimate Spiderman (y esto no es spoiler porque ya sale en el tráiler): que Parker desvele su identidad secreta a su novia a las primeras de cambio, en lugar de tardar años como en la versión original. Aunque aquí la novia es Gwen Stacy, la primera de los cómics originales, y no Mary Jane, como en Ultimate, donde por cierto Gwen cambia su aspecto ñoño y angelical por el de una punk rebelde y con navaja… aunque su padre sigue siendo policía, eso sí.

Dado que en la versión de Raimi Mary Jane no se entera de que Peter es Spiderman hasta el final de la segunda película, esto lo cambia todo… o no, puesto que el cierre de The amazing Spiderman deja a la pareja protagonista en la misma situación que al final del primer film de Raimi… salvo por cierta escena que lo echa todo a perder. Y es que parece que los guionistas no tenían las ideas muy claras.

Por lo demás, tenemos a Flash armando bulla en el colegio y desaparecen tanto el Daily Bugle como la familia Osborn… aunque Oscorp está muy presente y mucho nos tememos que el Duende Verde aparecerá en la próxima entrega. Lo que sí tenemos es otro villano involuntario, para seguir con la norma de esta saga fílmica, un nuevo científico al que sus investigaciones se le escapan de las manos. Ya ocurría con el Duende Verde en la primera entrega de Raimi, luego con el Doctor Octopus en la siguiente, y en la última teníamos el legado del Duende Verde, más un ladrón de buen corazón que se convertía en el Hombre Arena y un alien.

Ahora el papel de malo recae en el doctor Kurt Connors, al que se relaciona con los padres de Peter, y que acabará transformándose en el Lagarto. Vaya por delante que es uno de mis personajes favoritos del cómic, y tal vez por eso no me ha maravillado especialmente la versión que han dado de él en la gran pantalla ni la interpretación de Rhys Ifans, que no lo hace mal pero se queda muy lejos de Willem Dafoe como el Duende Verde o el citado Alfred Molina.

Todo lo contrario que el derroche de carisma de Andrew Garfield, mucho más acertado para el personaje que Tobey Maguire, volcado en transmitir todos los matices de Peter Parker. Emma Stone está, sencillamente, maravillosa como Gwen, y tiene una magnífica química con su pareja, en la pantalla, y por lo visto fuera de la misma. Por cierto, tanto ella como el capitán Stacy y familia están retratados de una manera mucho más fiel al cómic que en la última cinta de Raimi, donde Gwen parecía una super modelo… justo lo que siempre ha sido Mary Jane. Otro de los factores que creo que han llevado a confundir al público a la hora de abordar esta nueva entrega.

Siguiendo con el reparto, Martin Sheen se luce mucho más que Cliff Robertson como un tío Ben mucho más real… y que además dispone de muchos más minutos en pantalla. Todo lo contrario de Sally Field, como una tía Ben con la que no han sabido qué hacer… y no solo estoy pensando en sus dos últimas intervenciones.

En cuanto a las escenas de acción, son sencillamente asombrosas. La técnica sigue avanzando y los movimientos de Spiderman son aún más fluidos y reales que en las entregas anteriores. Por cierto, que también se han recuperado con acierto los lanzarredes originales del cómic, a diferencia de la versión de Raimi, donde la red salía directamente de las muñecas de Peter.

A pesar del tono oscuro de la mayor parte del film, las salidas humorísticas de Spiderman siguen ahí, como válvula de escape para tanto sufrimiento por el que pasa el personaje, con grandes momentos como ver a Spiderman hablando por el móvil con tía May y diciéndole que está a punto de ir a comprar huevos.

Al final, aunque lejos de la espectacularidad y épica de Los Vengadores, e imagino que muy lejos del tercer Batman de Nolan, el reboot de Spiderman, aunque más que prescindible, sale bien parado gracias, como ya he dicho, a su director y a su protagonista, el primero con grandes momentos como cuando Connors coloca su único brazo ante un espejo para crear la ilusión de que tiene dos.

Otra cosa es el guión, que combina aciertos con defectos. Entre los primeros, el origen de la máscara de Spiderman, en un homenaje a la versión canónica, o esa parte final, muy a lo The Dark Knight, con toda la ciudad aterrorizada por el Lagarto y los buenos ciudadanos de Nueva York ayudando a su héroe a luchar contra el malo. Respecto a lo otro, pocas sorpresas y demasiada tendencia a optar por lo fácil (qué curioso que Gwen sea compañera de clase de Parker, ayudante de laboratorio de Connors e hija del capitán de policía) y a no cerrar tramas, y ahí vamos con los

SPOILERS
¿Qué les pasó realmente a los padres de Peter y qué papel tuvo en ello Connors? Vaya usted a saber, como el destino del asesino del tío Ben, al que por lo visto a Peter se le olvida seguir buscando en medio de tanto lío. O qué ocurre con Connors, al que meten en la cárcel y va que chuta.





El detalle: No os perdáis la ya tradicional aparición de Stan Lee, el creador de la mayoría de personajes Marvel. La mejor, de lejos, de todas las que he visto hasta ahora. Imperdible.

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