Siguen las fiestas navideñas y seguimos de revista literaria. Últimamente me ha dado por leer libros breves, de esos que apenas alcanzan el centenar de páginas y te los puedes leer en una tarde tranquila, aunque a mí me suelen durar un par de semanas. ‘La bestia debe morir’ (1945) es un buen ejemplo de novela para leer de un tirón, y muy recomendable si os gustan las historias de detectives.
Su autor es Nicholas Blake, es decir, el seudónimo que utilizó para escribir novelas policíacas el también poeta británico Cecil Day-Lewis, en efecto, padre de alguien bien conocido por los cinéfilos, el actor Daniel Day Lewis. Entre sus fans se contaban autores tan prestigiosos como Borges y Bioy Casares, quienes precisamente incluyeron esta novela en su colección ‘El séptimo círculo’. Su argumento no puede ser más contundente: un hombre decide matar a quien ha atropellado mortalmente a su pequeño hijo y se ha dado a la fuga, es decir, la bestia del título.
"Voy a matar a un hombre. No sé cómo se llama, no sé dónde vive, no tengo idea de su aspecto. Pero voy a encontrarle, y le mataré..."
Así empieza la primera parte del volumen, el diario del protagonista, quien aprovecha su profesión de escritor de novelas de misterio para descubrir quién mató a su hijo y acto seguido toma una identidad falsa para acceder a su círculo familiar y poder asesinarle. Página a página conocemos los pensamientos del protagonista, cómo afronta la labor de matar a una persona, las dudas que le provoca su decisión y el plan que idea para cumplir su objetivo… aunque tal vez no haya que tomarse cada línea al pie de la letra.
La segunda parte, la más breve, narra cómo el protagonista pone en práctica su plan y afronta el momento que ha aguardado (al igual que el lector) desde el inicio de la novela… y sus consecuencias. Y a partir de ahí llega lo mejor, la última y más extensa parte, narrada al igual que la anterior en tercera persona, en la cual se investiga el asesinato del causante del atropello. Ahí es donde hace acto de presencia Nigel Strangeways (extrañas maneras), el detective creado por Nicholas Blake, que no tiene nada que envidiar a sus muchos congéneres literarios y debuta con este título.
Acompañado en esta ocasión por su mujer, volverá a competir con el investigador oficial, el inspector Blount. Estos dos personajes sirven para darle la acertada réplica a Strangeways en diálogos con un sutil toque cómico que dan ligereza a una intrincada trama en la que todo resulta mucho más complicado de lo que parece a simple vista y todos acaban siendo sospechosos, desde el joven hijo de la víctima a su anciana madre, uno de los personajes mejor retratados por el autor y que se gana pronto la antipatía del lector.
Por cierto, cuando Strangeways inicia su investigación, obviamente desconoce quién es el asesino… al igual que el lector, después de lo ocurrido en la segunda parte…
Una última cosa. En la tercera parte una de las claves es el diario del escritor acusado de asesinato… el mismo diario que constituye el arranque de ‘La bestia debe morir’. Estad atentos.
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