Up es una de esas películas que demuestran hasta donde se puede llegar con
una pequeña idea, aunque sea a costa de explotarla excesivamente. Creo que
todos hemos imaginado alguna vez la posibilidad de volar utilizando solo globos de
feria, incluso que los globos tiraran de nuestra casa y nos llevaran a lugares
exóticos. Eso es exactamente lo que le ocurre al protagonista de este film.
Pero hete aquí que la estrella de Up es… un jubilado. En una época en la
que la mayoría de superproducciones de Hollywood se hacen pensando en el
espectador adolescente, Pixar se arriesgó convirtiendo a un anciano en
protagonista, pero vaya anciano. Cierto es que, con un arranque demasiado
deudor del Gran Torino de Eastwood, tenemos a un hombre de avanzada edad que
tras enviudar ya no espera nada de la vida, y al que un joven, aquí un niño, también de
origen oriental, le hará descubrir que aún tiene mucho que dar.
Sin embargo, el protagonista de Up tiene un rostro más dulce, más simpático
que el de Eastwood en Gran Torino, no olvidemos que la cinta de animación se
dirige al público infantil. Y ahí, resulta evidente que la inspiración fue el
Spencer Tracy de su última etapa, aquel viejo socarrón de Adivina quien viene a
cenar o El padre de la novia, cargado de humanidad pese a su aparente sequedad.
Para mí el mayor logro de Up es haber ‘resucitado’ a Tracy para una última
lección interpretativa, pues parece como si el mismo actor hubiera asumido el
papel.
Por lo demás, no estamos precisamente ante el mejor film de Pixar, que disimula peor que
Wall-e el haberse quedado sin ideas más allá del punto de partida, que no daba
para tanto metraje. De hecho, si en Wall-e lo mejor era toda la parte inicial
en la Tierra, en la que Pixar nos ofrecía una deliciosa película muda, aquí lo que no hay
que perderse son los títulos de crédito, en los que en muy pocos minutos se nos
cuenta toda la historia del protagonista: cómo un niño y una niña que soñaban
con vivir grandes aventuras se encontraron, crecieron, se enamoraron,
envejecieron juntos… y aunque no se movieron de su calle, vivieron la mayor
aventura. Una auténtica delicia. Esos minutos sí son inolvidables.
SPOILERS
Sin duda los mejores momentos del film son cuando el protagonista, al
final, descubre el álbum en el que su mujer, ya fallecida, le dice que haber
vivido una vida junto a él ha sido la mayor aventura, y, en los títulos de
crédito, la parte en la que se muestra cómo ella descubrió que no podía tener
hijos y cómo él la ayudó a superarlo. Todo un alarde de sutileza en un film
dirigido al público infantil.
Ciartamente es increible como metieron temas tan adultos con esa sutileza que mencionas. Además de que la pelicula sigue siendo genial sin ellas, pero es un punto a favor.
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