A veces hay películas
pequeñas que te sorprenden. Rumores y
mentiras (2010) (traducción del original Easy
A) tiene poco que ver con las películas ‘de instituto’ al uso. Empezando
por su extraordinaria protagonista, Emma Stone, que aquí explota al máximo la
vis cómica que ya apuntaba en Bienvenidos
a Zombieland (2009), llenando con su desparpajo toda la película, que no sería lo
mismo sin ella. Imposible no prendarse del personaje al que interpreta, Olivia, una
chica de instituto con los pies en el suelo… y a la que no le importa el qué
dirán.
El argumento, inspirado levemente en La letra escarlata (el film, de
hecho, tiene varias referencias jocosas a la version cinematográfica
protagonizada por Demi Moore), arranca cuando Olivia, para no pasar el fin de
semana con su mejor amiga (el relato verídico de lo que hizo Olivia ese fin de
semana es de lo más hilarante, tal vez lo mejor de la cinta), se inventa que va
a estar con un chico mayor. Un malentendido hace que la amiga crea que Olivia ha
perdido la virginidad y el rumor corre como la pólvora, alentado por el sector
ultracatólico del instituto, del que el film no deja de hacer sorna.
Olivia, que adquiere una
inusitada popularidad, confirma el rumor y la bola va creciendo hasta
complicarlo todo, aunque la película no pierde el tono de comedia en ningún
momento, solo hacia el final se pone un poco seria, pero sin eludir el final
feliz. Crítica salvaje al puritanismo yanqui, Rumores y mentiras no pierde ritmo en todo el metraje y logra
mantener la sonrisa en el espectador entre chiste y chiste.
Emma Stone es el 90%
del film, pero atención a los secundarios maduros. Tanto Stanley Tucci y Patricia Clarkson,
como los padres de Olivia, como Thomas Haden Church y Lisa Kudrow, como una pareja
de profesores, se lo pasan en grande en cada una de sus apariciones –sobre todo
los primeros- e incluso tenemos una breve intervención del veterano MalcolmMcDowell como el director del instituto.
Lo mejor: El homenaje a los grandes clásicos de la
comedia romántica de instituto de los 80 y a su gurú, John Hughes, con referencias
e imágenes de Todo en un día (1986), La chica de rosa (1986) o El club de los cinco (1985), entre
otras. De hecho, buena parte del film se inspira en la trama central de No puedes comprar mi amor (1987),
protagonizada por un jovencísimo Patrick Dempsey.
La frase: Cuando la protagonista va a comprar una
Biblia para tratar de entender a sus perseguidores, el librero le dice que está
“en la zona de bestsellers, junto a Crepúsculo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario